Una introducción necesaria
Esa compleja corriente de pensamiento, que por comodidad narrativa llamamos simplemente Peronismo, se comporta dentro de la sociedad como un virus dentro del cuerpo. Su ansia proselitista observa la misma lógica que las iglesias, tentando a la feligresía con mística por sobre argumentos, para luego, concluida esta primera etapa de la captura del alma del individuo, pasar a la siguiente: salir de la mística para discutir argumentos.
Esto es así por un motivo importante, el proto-peronista -ese individuo no asumido aun- no alcanzará a ver los argumentos, los números duros, puesto que muchas veces tiene activado un “antivirus” ideológico. Este "firewall" no permitirá que los datos lleguen al intelecto del yo, por ello, los argumentos deben buscar la forma de ingresar por el lado del arte, de los sentimientos ligados a este. Por bellos.
Algo tiene que ver aquí la re formulación que propusiera Howard Gardner de los conceptos “Verdad, Bondad y Belleza”.
Esta cuestión al menos "porosa" de las tres virtudes clásicas.
Las cosas tienden a parecerse al color del cristal con que se miran. Si el niño desayunó en un hogar donde se escuchó a diario las hermosas sentencias logicas y esperables:
“Esos negros de mierda”
o
"Si andan en moto son vagos planeros"
"Bolivianos hinchas de boca"
Puede ser altamente probable que ese niño haya desarrollado a lo largo del tiempo una cierta inmunidad a la metáfora: “la patria es el otro”, bella per se y que esa belleza pueda conmover su corazón.
El milagro estético
Solo hay que dejar que el tiempo obre su milagro terapéutico, para hacer aparecer la pregunta sobre quien era Pocho Lepratti, porqué subió a ese techo del comedor, a gritar a unos policías que no disparen porque “adentro solo hay pibes comiendo”. El disparo final que le desgarra la garganta que termina con la vida de Pocho.
El final de la historia de Pocho nos muestra al policía que disparara en libertad, mititante del Pro. Como si faltaran símbolos.
No somos mas que la aceptación de símbolos
El peronismo cuenta con toda la carga emotiva, los mitos fundacionales, la fratria, su propia liturgia, sus símbolos, toneladas de ellos. Hermandad que coagula y que se reconoce en esos gestos, frases y símbolos.Acá nos encontramos frente a una paradoja muy interesante. Los mismos símbolos que sirven de aglutinante hacia adentro, funcionan como repelente hacia afuera. La marcha o el chori cohesionan y amalgaman a la tropa propia, pero hacia afuera generan rechazo, precisamente en ese sector objetivo, la
intelectualidad sensible clase media, los habitantes de Corea del Centro.
El desafío
Debemos encontrar seres sin el antivirus del odio al negro, o que teniéndolo sean permeables al arte.
Odio que es el tratamiento mas simple que tienen para dar tratamiento al Miedo al otro. Temen en secreto convertirse en eso, descubrirse llevando el ritmo de la marcha con las palmas como Gaby Michetti en el Senado.
La derecha lleva una ventaja muy importante, ha berretizado de manera horrorosa el discurso, la estética. Volvió todo dadá, naif, bizarro y lo político se nutre de lo estético -o viceversa- comparten cartelera. La política tiene el nivel de complejidad -aparente- de una app para android.
Quien se deja atrapar por el discurso bizarro, pronto termine conociendo mas del ascenso europeo de fútbol o el casamiento de la modelo de turno, que del golpe de estado en Bolivia, el cambio climático o sobre la relación agrotoxicos y cáncer.
Una industria del entretenimiento enfocada en la simpleza intelectual del individuo y su odio (miedo) al otro, pugna del otro lado por llevarse las "almas" sensibles.
El resultado es depresión, ansiolíticos, alcohol, viajes para la selfie y compra compulsiva de dolar Blue.
Los viajes son larguísimos, en horas de vuelo y cuotas en la tarjeta, para la selfie en el lugar común. No es casual que las muertes por Selfie en el 2019 fueron 19 veces mas que por ataques de tiburones.
Entre los miles argumentos en contra de políticas del populismo, encontramos la restricción a las importaciones, por caso: licuadora. Si bien tenemos que atender a esas necesidades, también debemos trabajar desde los primeros momentos de la formación del niño en deconstruir ese egoísmo que llevará inexorablemente al mundo a la tercera, inevitable y última guerra mundial.
Ahí es donde somos fuertes con tantos lugares comunes:
“El amor vence al odio.” o “La patria es el otro.”
La derecha, que todo lo rompe, troca esto por “por la patria es el odio”, pero ya es otro tema.
Enlightenment
Hay un momento de la “Iluminación” groncha, para lo cual nada mejor que mostrarlo en boca de sus conversos.
Sostengo que capturando el alma de esos seres sensibles, pronto llegará la conversión. Me viene a la memoria una joven llorando de alegría gritando su conversión en un spot televisivo, gotitas de saliva al aire, lágrimas y palabras de agradecimiento a una mujer.
A diario damos con gente que argumenta en favor de tal o cual política
económica, posición tomada respecto de la “Res Publicae”, la cosa de todos y descubrimos que es un peronista en pausa, que aún no tuvo su momento de iluminación, ese momento mágico que los doctos en matemática llaman el “momento ¡Ahh!” que ocurre a la mitad de la ecuación, se descubren a si mismos.
Abundan ejemplos que van desde Agustín de Numidia -que escuchó una voz diciéndole "toma lee" en latín, al darse vuelta encontrar la Biblia- pasando por historias de culturas orientales, que dan importancia a ese momento de auto descubrimiento, el Satori Zen o el Nirvana budista, esa bienaventuranza no es ajena al justicialismo.
Asumimos que llegado un punto, este asintomático sospecha su destino ominoso, por cercanía discursiva con la línea anterior, destino que lo espera paciente. Nunca somos otra cosa que lo que debemos ser, o no seremos nada, como dijo el general... San Martín.
Momento de quiebre, que -opinión personal- se origina en el arte, porque el
arte del pueblo se hace con el corazón, no en las academias y nos empuja
inexorable e indefectiblemente a tomar partido.
Ahí el individuo se debate entre aceptar su conversión a la nueva Fe o continuar en la comodidad del "endeble esquema de creencias" anterior, donde el negro cabeza de termo es objeto muy prolijamente odiado. Y está bien que así sea.
Como en todo amor, cuanto mas se acerca el sujeto al Objeto, crece la tensión, que se satisface en la búsqueda del placer. Verdaderos "ríos de tinta" han corrido en la academia psicoanalítica. Festival de tensiones entre objeto y placer.
Aceptación que llega con una carga simbólica muy importante; el inmigrante ideológico es recibido con estrofas de marchas, refranes, canciones e íconos. Una creatividad sin límites y frases celosamente guardadas por ancianos memoriosos como en el Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.
Y como en Alcohólicos Anónimos. Hay testimonios, que colaboran en la producción lacrimal.
Testimonios
Esto último termina de forzar al individuo a la conversión:Fabio.
"Soy peronista porque el primer pan dulce que hubo en mi casa me lo dió Evita" -Carlos Monzón.
se coge.” Pedro Saborido.
Muchas veces es el espanto quien nos indica el camino a seguir, no la brújula del dolor -como indicara Freud- sino del Horror.
pública la enfermedad de Evita, en 1952.” Por Eduardo Galeano.
O estas esclarecedoras palabras del contraalmirante Arturo Rial dijo a
trabajadores municipales:
bendito país el hijo del barrendero muera barrendero”
O tal vez otro tipo de testimonios, los que explican el fenómeno desde afuera.
Llegando finalmente a los clásicos:
Sospecho en esta línea del tiempo como el periodismo, la historia y el mito, difieren las calidades de veracidad a medida se sucede la narración del hecho, aceptando siempre que la historia la escriben los que ganan y que los recuerdos "mienten un poco, siempre fue asi" como bien sugiere Carlos el "Indio" Solari.
Enrique V
En la obra entra en juego la distorsión selectiva del número de las tropas de uno y otro lado, algo que observamos frecuentemente, cuando la historia deja de ser historia y empieza a ser mitología, Leónidas y sus Trescientos en el paso de las Termópilas, es otro claro ejemplo.
En Agincourt, Shakespeare sugiere que los ingleses eran apenas unos cientos y los franceses decenas de miles, que el rezo al santo Crispín -como Agamenón en Troya- ablandó el corazón del dios y les dio la victoria.
Pensamiento mágico que no hace otra cosa que embellecer la narracion. Porque convengamos, nos gustan las historias fantásticas.
Ademas del error numérico, el autor omite mencionar -sospecho que dolosamente- un detalle aparentemente menor. Esta fue la primera batalla en la que se dispusieron arqueros detrás de las primeras filas de infatería, en este caso las británicas, hecho que hiciera estragos en las líneas francesas, tomando los ingleses tantos prisioneros heridos que estos -fieles a un estilo- llegaron en cierto punto de la batalla, en que asesinaron a esos prisioneros a sangre fría, para evitar incontrolables motines. Tambien omitido por el Bardo en su narración.
Pasaron de la condición de "prisioneros" a "muertos" en un solo y mismo acto, no aclarado, como en la dictadura de Videla en los setentas o las democracias low cost de América Latina hoy.
¿Que puede aportarnos esta batalla a la simbología, la mística, el "merchandising" peronista?
Aporta, tal vez, uno de los símbolos mas fuertes: La "V", el saludo a través del cual la fratria se reconoce.
La mitología -a diferencia de la historia- no adquiere valor por cierta sino por bella. No tiene mucho sentido discutir sobre la existencia o no de Jesucristo. Discutimos le belleza de las historias que lo nombran.
Ponemos en valor sus metáforas, como “la tierra para el que la trabaja”.
A menudo, la belleza del mito es demasiado perfecta, no se detiene en los detalles macabros, o las debilidades del héroe. Otras veces asistimos al engrandecimiento del héroe desde otra perspectiva. Lo que para la feligresía cristiana ortodoxa puede parecer una aberración: Cristo amante de Magdalena, para otro sector esto lo “humaniza” y mejora la “pintura”, el relato.
Un Manuel Belgrano gay, como sugiere alguna doctrina con la intención de reducir su valor en la historia para el revisionismo siglo XXI, puede acercar una lectura distinta, mas amplia, mas bella, mas varonil incluso:
Mientras que los símbolos aportan a las causas la emoción y la belleza, las estadísticas acercan justificaciones lógicas. La política es un territorio a mitad de camino, no es lógica sino “El arte de lo posible” como decía Aristóteles. "El arte solo ocurre". Leí en otro lado, creo que de Borges.
La Explicación de la "V"
Volviendo a la batalla en Normandía, allá por el 1400, otro sector de la doctrina comenta, que a los arqueros ingleses capturados, los franceses les cortaban los dedos índice y medio de la mano derecha, los dedos con los que se tensa la cuerda del arco, inutilizándolos así para la batalla. No los mataban, algo mas humanos que los ingleses, los inutilizaban para la batalla.
Luego, los arqueros ingleses sanos saludaban a las tropas enemigas con
estos dos dedos en alto, signo que llevado significado -a palabras- sería algo como:
"Aún puedo disparar"
Una aparición temprana del posterior:
“Vamo a volveeeeee”
Esto funciona a nivel simbólico, al resumir en una sola palabra -o solo un signo en este caso- procesos políticos, emociones, teorías económicas, prácticas, mitología, misticismo, arte, etc. En otras topologías, donde la "chusma" no cuenta con este tipo de “aglutinante”, se nota la falta -brilla por la ausencia-, como el claro ejemplo de las protestas chilenas, donde faltan carteles, banderas, "mística" y esa señal homogénea y clara al enemigo de estar en pié.
La "V" es venceremos, es vamos a volver, o tal vez solo señalar que nos quedan mas dedos en las manos con los cuales presentar batalla.
Marco 04 NOV 2019
extravagantemente excelente
ResponderEliminarMe halaga compañero Adalberto.
EliminarYo soy de la opinion que frente a la batalla contra los miserables, respondamos con mística