24 may 2020

El ritual del sábado

El ritual que intentaré narrar, entiendo, tenía lugar los sábados. 

Esta "certeza temporal" no me llegó inmediatamente, digo mientras el ritual ocurría, sino muchas décadas después, cuando se metamorfoseó en recuerdo. Aunque sabemos que los "recuerdos mienten un poco".

Seguramente el detalle del día de la semana, no merecía dejar una mejor "huella mnémica", al decir freudiano, que los millones que pasaban por mi cabeza a esa edad, tales como el surco zizagueante, caprichoso de las hormigas, otros caprichos estéticos de madre natura.  Recuerdo aún el miedo que producía el silbato agudo de las locomotoras a vapor o los millones y millones de otras curiosidades iguales o mejores en capacidad para producir asombro.

Lo importante, lo realmente maravilloso, era la llegada de dos ancianos tomados del brazo, ese día puntual de la semana, las categorías laborable o no, solo llegan al individuo, supongo, de la mano de las responsabilidades.

Llegaban estos con una sonrisa amplia y franca. Eran felices, o simulaban muy bien la felicidad, o tenían motivos suficientes para creer que la felicidad ES caminar juntos del brazo.

Un espectador ajeno que observara hoy el "bullicioso recibimiento" del que eran objeto esos ancianos, dificilmente entendería que los abuelos vivían a menos de tres cuadras y que llegaban todos los sábados.  Tranquilamente podría imaginar que llevábamos meses y kilómetros sin verlos. 

Aunque pensándolo bien, para la abuela Amanda y su femur defectuoso, esos pocos cientos de metros, bien pueden compararse al esfuerzo de categoría "epopeya homérica".

Por aquel entonces, las distancias guardaban mucho de subjetividad, lo mismo que otras categorías kantianas, solo coexistían el "mucho" contrapuesto a "poco", o grande y pequeño, con fronteras bastante permeables entre ellos.  Dentro de esa lógica, mas allá de la esquina de veredas de ladrillo empieza Lo Otro; planetas, mares, calles, ciudades, idiomas, terrae incognita.

Justifica tal vez estas razones, el griterío y las respuestas de los ancianos, llenas de carcajadas, donde se confunden también, causa y consecuencia.  La condición de cotidiano no quitaba magia a su visita semanal, agregando contenido a una realidad de por sí bastante extensa en todos los sentidos.

La viejita pequeñita, se auxiliaba de un bastón para trasladarse, pero se aseguraba colgándose del brazo de él para la travesía, a modo de "plan de contingencia"

El abuelo abría la puerta del frente, que solo se cerraba con llave por las noches, aunque no todas; el pasillo oscuro se iluminaba con la luz del día y se recortaban las dos siluetas, el esfuerzo se hacía evidente en el rostro de doña Amanda, mi falta de auxilio para hacerla subir posiblemente requiera una justificación, agregar mi presencia a ese angostísimo pasillo, era agregar molestia. 

Había dos escalones en la entrada que conectaban el nivel de la calle a la casa, que -creo recordar hoy- Uno de ellos correspondía mas al uso que le dábamos con mi hermana Clarisa -asiento- que el originalmente imaginado por los constructores, -escalón-.  Escalera que dificilmente sortearía con éxito el día de hoy, cualquier norma de calidad.

La casa donde alquilábamos era un conjunto de errores, desde goteras, chifletes, puertas que empecinadas en no cerrarse y otras delicias para niños.  Una sola cosa hacía a la perfección la casa de calle Gorriti.  Cobijarnos.

Ni bien pasaban el pasillo, doblaban por el living, diseñado con otra intención a juzgar por el enorme ventanal de hierro y vidrios de colores, saludando la nube de niños, tironeadores tanto de ropas como de atención.

El Televisor blanco y negro, enorme, la condición de "apagado" le engrandecía el tamaño y la inutilidad. 

Ni bien Amanda se sentaba en la cocina, en la misma silla blanca central de siempre, observaba el panorama como juez de tenis; Armando terminaba unos pases de prestidigitación y con movimientos rápidos, cómicos y ágiles, propios de un Buster Keaton, abandonaba la escena.  Soltaba algunos eufemismos del tipo: "el trabajo" o "la oficina", que seguramente no eran estos, para referirse al bar donde jugaba a los naipes, juegos normales y de esos que con suerte sobreviven a duras penas, como el Mus o el Tute.

Corría como si tuviera treinta años teniendo setenta.

Ahí comenzaba otro ritual, soltarle palabras, frases dosificadas a la Abuela Amanada, que trabajaban en ella a modo de reflejos condicionados.  Esta tarea estaba reservada a dos de mis hermanos, Anibal y Guadalupe.  Ciertas frases oficiaban de disparadores. 

- ¿Mamá, puedo comer una PERA? -Preguntaba uno de ellos-

- El doctor Liaudat decía siempre "cuando los niños tienen hambre, una perita asada" -Respondía la abuela, la frase que correspondía al sustantivo pera, en su base de datos.

- Basta Guadalupe -Decía mamá, sin voltearse, al tiempo que pelaba las papas o estiraba la masa de los tallarines con el palo-

Entonces recién ahí se escapaban risitas de los mas chicos.

- Puedo comer una pera -Preguntaba ahora Anibal-

-El doctor Liaudat siempre ...

- Basta-

El ritual no se completaba hasta que mamá ponía los tallarines en el agua, o sacaba las papas del horno, o estimara que faltaban diez minutos para sentarse a la mesa, con ese conocimiento empírico que nos da fabricar alimentos.  Recién ahí me hacía el encargo que seguro estaría esperando hacía horas.

- Andá a buscar al abuelo a "La Nicoleña" y decile que ya está la comida.

Repasaba aleatoriamente algunas normas de seguridad, un checklist que me indica que era muy pequeño, o pelotudo, o ambas cosas, sin dejar de cocinar;

- No bajar a la calle, no correr que los ladrillos de la vereda de Conderani están desparejos, cuidar los zapatos.  No bajes de la vereda.

Y el solo hecho de abrir la puerta daba inicio a la magia, lo sombra de los fresnos, la casa de Quito, al lado de Tobler, el camión parado en la vereda con una luz de posición rota, las veredas, el corte y soplado de "panaderos" que Bradbury convierte mas tarde en Dandelions.  El obsesivo cumplimiento de rituales individuales y absurdos de esa vida secreta, contando las filas de baldosas de una vereda, para intentar recordarlas la próxima vez, contabilizar colores y formatos.  Intentar al menos, poner lo mejor de sí el reto autoimpuesto de llegar a un lugar, antes que levante vuelo una abeja, ausente de ser parte del juego.  Recordar los números de las casas, recorrer los óvalos enlozados con los números, mirar las letras de las patentes por alguna no empieza con "B" y la puerta, con esa misma elevadísima subida de veinte centímetros respecto de la vereda, de ese bar, que era fonda, que pasó por almacén y que para ese entonces era un híbrido a mitad de camino de todo eso.

En una de las muchas mesas estaba Don Armando, pero esa historia puede esperar.

En otras mesas, siempre había viajantes almorzando y en el mostrador Don Juan Jerez o Gerez, recibía unos recipientes encimados, de enlozado amarillo, que luego me explicaron que era "la Vianda".

Demoré en construir, decodificar la existencia de gente que no cocina y va a buscar la comida que cocina otra gente. 

Don Juan recibía viandas vacías, regresaba a los pocos minutos, con los recipientes humeantes, contabilizaba en un cuaderno algo y saludaba recordando lo caliente que estaba la comida.

Pasar por delante de La Nicoleña, era el aroma a la sopa de invierno.  Algo de apio y cebolla, medio repulsivo en esa época.

Don Juan me miraba y mencionaba algo de mis "patas amarillas", que forjó un temple de monje zen, si ese pobre hombre imaginara cuanto lo odié en ese tiempo de los cuatro o cinco años, no hubiera hecho esos chistes.

-Todos los cordobeses tienen las patas amarillas -Agregaba Don Juan, cuando las tareas administrativas de las viandas se lo permitían.

El abuelo Armando, para entonces, ya me había visto y rescatado de la nube de risas, culpa de unas patas amarillas que nunca terminé de entender.

Digo visto y no escuchado, porque el abuelo no escuchaba nada.  Años mas tarde, muchos, descubrimos que su sordera era bastante selectiva. Patología altamente recomendable para la salud mental.  Con poco esfuerzo, perfeccionó un tic ante un comentario cualquiera de un tercero, este consistía en mueca de molestia, llevando una mano ahuecada que torcía el pabellón de una oreja.

Llegaba a la mesa donde el juego de naipes prohibía el habla, se ejecutaba con un sistema críptico de señas, entiendo que yo clavaba la mirada en el vaso lleno de líquido oscuro, cumplía mi encargo de hacerle saber de la prontitud de la comida en casa y el cumplía ahuecando la mano en la oreja.  Hacia una ademán sobre actuado de entendimiento, como los teros y terminaba diciendo.

- Vos querés un trago de esto -Y se reía a carcajadas muy fuertes, acompañado por todos los de su mesa y otros-

Yo negaba rotundamente que tuviera intención de tomar eso, cumplido el diálogo y la promesa de no decir nada, yo le daba un trago, que no era traguito.

A cierta edad los olores y los sabores tienen seguramente mucho de primitivo, de orientarnos como cachoros por olfato.  Vamos perdiendo con los años esa hiper sensibilidad olfativa y gustativa.

En esa pureza virginal de los sentidos, el chorro de amargo obrero puro era una patada de Chuck Norris en el pecho.  Cosa que se notaba.  Al notarse, nuevamente las carcajadas explotaban con mas fuerza.

   

2 dic 2019

Eva y Pandora. Todos los males de la humanidad

Toda génesis pasado cierto tiempo se convierte en mito, el método del conocimiento científico es mitología, criterios de veracidad o autenticidad, al menos laxos.
Prometeo Encadenado al Cáucaso

Mitos que se instalan y que demoran en irse, o se van y vuelven.

En ciertos estados de la unión, aun se enseña la teoría evolucionista, muy debatida y resistida, a la par de el antiguo testamento, que asegura que el mundo tiene cinco mil años.  Aunque parezca mentira.

El 60 % de los Homeros Simpsons que habitan la unión, aseguran que el mundo lo hizo dios en solo 6 días.

Cuando los titanes Prometeo y Epimeteo trabajan en el encargo del largovidente Zeus, inventar animales y humanos -ya que estaban todo el día jugando a la play-, el último descubre que sin fuego, estos humanos recién creados no van a ir muy lejos, decide desoír al pedante Zeus y baja al mundo de los mortales con una bracita escondida en su bastón de rama de hinojo. 

Lo que nos llama poderosamente la atención ya que imaginamos a los titanes
enormes y pesados, cosa que entra en conflicto con la idea de una rama de
hinojo que encima, se está quemando por dentro.

Licencias poéticas aparte, la sola idea de contravenir a los dioses los
vuelve humanos.  En la génesis humana ya está grabada la rebeldía y la
ruptura de reglas, casi en su ADN.

Los mitos no son verdaderos ni falsos, son mitos, una forma interesante de
explicar lo inexplicable, como bien sugiere Louis Althuser "aquello que no se
puede explicar, se narra".


Podemos correlacionar dos hechos independientes pero cercanos en el tiempo y deducir de ellos una correlación, como pregona el pensamiento mágico.  Invocando a un dios se apiade de nosotros y acabe la sequía, o elimine el cáncer, o ... Pensamiento mágico.

Veremos como este concepto vuelve a lo largo de la historia, recurrentemente.

Por robar el fuego del Olimpo, Prometeo es castigado a un eterno sufrimiento,
encadenado en el Cáucaso, un águila devora todas las noches el hígado, que
se regenera -por su condicion de inmortal- diariamente.  Lo que nos lleva a
replantearnos el concepto de eternidad.

¿De que sirve la eternidad si es para el eterno sufrimiento?  Los dioses nos
envían desdichas a los hombres para divertirse con sus canciones, sugiere Homero en la Ilíada.

¿Es mas aterrador el sufrimiento eterno o el placer eterno? ¿No será aterrador el sustantivo de eternidad en sí y no su calificativo?

En tanto que Prometeo repite eternamente el sufrimiento, Epimeteo no es menos y recibe de Zeus una muñeca, Pandora, como en Blade Runner, tan hermosa como tonta, con una bolsa. que los siglos posteriores llaman Caja -vaya uno a saber con qué intención poética- con la puntual prohibición de abrirla.

Nada mas interesante, eso lo sabemos todos, que la prohibición, que esta historia quiere reducir a un defecto femenino -Pandora era tan hermosa como tonta- cuando bien sabemos amigos, que la la curiosidad que despierta la prohibición es mérito compartido por todos los géneros y nacionalidades, hay un cuento interesantes sobre baskos. 

- ¿Como meter cincuenta baskos en un ascensor?
- Diciéndoles que no van a entrar

Otro dios, algunos siglos mas tarde, toma el manzano que había permanecido por siglos en el jardín de las Hespérides y se lo lleva al paraíso terrenal, prohibiéndoles a Adán y Eva comer de él.

Como imaginarán, lo primero que hace Pandora es abrir la bolsa, donde Zeuz había encerrado todos los males para la humanidad.  Estos salieron, las enfermedades, las futuras penurias de la humanidad.

Epimeteo rápido alcanzó a cerrarla para que quede guardada la Esperanza.

Curiosa variación del pecado original, una mujer, todos los males de la humanidad se los debemos a dos mujeres.  Como curioso es averiguar como hicieron los griegos para robar conceptos de una religión que nacerá varios siglos después.

Me interesan resaltar algunos puntos:

Los mitos no son verdaderos ni falsos, son mitos.

No hay Titanes mujeres en la historia, ellas están condenadas a ser tontas, débiles, pequeñas, con papeles bastante irrelevantes en todas las historias, salvo para hacer el mal, causan todos los males del mundo.

Los dioses se divierten enviándonos desdichas para que tengamos motivos para
cantarlas.

Como moralejas, tenemos miles, la mas evidente es el mensaje esperanzador, por muy dura que sea, la vida merece vivirse.

Otros mas ocultos, nos muestran a seres disconformes con los mandatos divinos, generalmente mujeres, que quieren salir del paraiso de la felicidad eterna.

El esquema de "no toques nada que así estamos todos bien" es mucho mas viejo de lo que parece a simple vista.  Antes eran dioses, ahora neurocirujanos y doctores en ciencias políticas, tan llenos de títulos en universidades europeas, como segundos de "Aire televisivo", casi podemos decir "dioses" que nos explican muy didacticamente -como Zeus o Jahve- que no toquemos nada nosotros, que no somos personal capacitado para hacerlo, que este es el mejor mundo de los posibles.

Lo que era una cuestión de Fe, ahora es cuestión de Otra Fe.

La institución de la circuncisión marca un "nosotros" vs. un "ellos", dice un antropólogo, solo que la gran división se mantiene oculta por demasiado evidente, como en "La Carta Robada" de Edgar Allan Poe.

Nos debatimos contra el pueblo elegido vs los Goy, cuando en realidad ni el enorme grupo humano excluido nota la exclusión, por natural, o normal.

Las mujeres, ya que nunca serán circuncidadas y esta institución, centrar el discurso si pertenecer o no al pueblo elegido por Javeh por el corte o no del prepucio, las deja fuera de toda discusión al carecer de prepucio que cortar.

Conociendo las capacidades de ese grupo humano, las mujeres, frente a los hombres, sospecho que los dioses pactaron con los últimos algo para mantenernos en el oscurantismo. 

¿Y si desobedecemos y las dejamos al mando?

29 nov 2019

El Peronismo Asintomático

Una introducción necesaria

Esa compleja corriente de pensamiento, que por comodidad narrativa llamamos simplemente Peronismo, se comporta dentro de la sociedad como un virus dentro del cuerpo.  Su ansia proselitista observa la misma lógica que las iglesias, tentando a la feligresía con mística por sobre argumentos, para luego, concluida esta primera etapa de la captura del alma del individuo, pasar a la siguiente: salir de la mística para discutir argumentos.

Esto es así por un motivo importante, el proto-peronista -ese individuo no asumido aun- no alcanzará a ver los argumentos, los números duros, puesto que muchas veces tiene activado un “antivirus” ideológico.  Este "firewall" no permitirá que los datos lleguen al intelecto del yo, por ello, los argumentos deben buscar la forma de ingresar por el lado del arte, de los sentimientos ligados a este.  Por bellos.

Algo tiene que ver aquí la re formulación que propusiera Howard Gardner de los conceptos “Verdad, Bondad y Belleza”.  

Esta cuestión al menos "porosa" de las tres virtudes clásicas.

Vemos a diario peronistas en pausa, los -nos- reconocemos, les duele el hambre del otro, le dan una moneda al malabarista del semáforo, compran medias al vendedor ambulante, lagrimean escuchando "El viejo Matías" de Victor Heredia.  Solo les falta hacer la "V".

Son peronchos ignorantes de su condición, somatizan la enfermedad, meros portadores sanos


Las cosas tienden a parecerse al color del cristal con que se miran.  Si el niño desayunó en un hogar donde se escuchó a diario las hermosas sentencias logicas y esperables:  

“Esos negros de mierda” 

"Si andan en moto son vagos planeros" 

"Bolivianos hinchas de boca" 

 

Puede ser altamente probable que ese niño haya desarrollado a lo largo del tiempo una cierta inmunidad a la metáfora: “la patria es el otro”, bella per se y que esa belleza pueda conmover su corazón.

Puede que asi no alcance nunca la lectura del libro de Rodolfo Walsh sobre la masacre de José Leon Suarez y que eso despierte grandes sentimientos en su yo.  Pero, por el contrario, seguro corazón es vulnerable a escuchar por error a León Gieco y su "el Angel de la Bicicleta".  Por simpatías estéticas.  Llega a las últimas por comodidad, no hay tiempos de lecturas, si de escuchar por error una música e indagar porqués.
 



 

 

El milagro estético


Solo hay que dejar que el tiempo obre su milagro terapéutico, para hacer aparecer la pregunta sobre quien era Pocho Lepratti, porqué subió a ese techo del comedor, a gritar a unos policías que no disparen porque “adentro solo hay pibes comiendo”.  El disparo final que le desgarra la garganta que termina con la vida de Pocho. 

Instante este en que abandona el carácter humano y se convierte en símbolo, dibujo en las paredes y canción.   Y es desde allí las efemérides de las navidades nunca vuelven a ser lo mismo en la Argentina.

Es muchísimo mas lógico rezarle a un flaco rosarino de barba al que mataron las fuerzas represivas por defender a los débiles, que a un flaco palestino de barba, al que mataron las fuerzas represivas por defender a los débiles.

La estupidez creo que pasa por suponer que este es mas dios que aquel primero.

El final de la historia de Pocho nos muestra al policía que disparara en libertad, mititante del Pro.  Como si faltaran símbolos.

No somos mas que la aceptación de símbolos

El peronismo cuenta con toda la carga emotiva, los mitos fundacionales, la fratria, su propia liturgia, sus símbolos, toneladas de ellos.  Hermandad que coagula y que se reconoce en esos gestos, frases y símbolos.

Acá nos encontramos frente a una paradoja muy interesante.  Los mismos símbolos que sirven de aglutinante hacia adentro, funcionan como repelente hacia afuera.  La marcha o el chori cohesionan y amalgaman a la tropa propia, pero hacia afuera generan rechazo, precisamente en ese sector objetivo, la
intelectualidad sensible clase media, los habitantes de Corea del Centro.

El desafío

Debemos encontrar seres sin el antivirus del odio al negro, o que teniéndolo sean permeables al arte.

Odio que es el tratamiento mas simple que tienen para dar tratamiento al Miedo al otro.  Temen en secreto convertirse en eso, descubrirse llevando el ritmo de la marcha con las palmas como Gaby Michetti en el Senado.

La derecha lleva una ventaja muy importante, ha berretizado de manera horrorosa el discurso, la estética.   Volvió todo dadá, naif, bizarro y lo político se nutre de lo estético -o viceversa- comparten cartelera. La política tiene el nivel de complejidad -aparente- de una app para android.

Quien se deja atrapar por el discurso bizarro, pronto termine conociendo mas del ascenso europeo de fútbol o el casamiento de la modelo de turno, que del golpe de estado en Bolivia, el cambio climático o sobre la relación agrotoxicos y cáncer.

Una industria del entretenimiento enfocada en la simpleza intelectual del individuo y su odio (miedo) al otro, pugna del otro lado por llevarse las "almas" sensibles.  

El resultado es depresión, ansiolíticos, alcohol, viajes para la selfie y compra compulsiva de dolar Blue

Los viajes son larguísimos, en horas de vuelo y cuotas en la tarjeta, para la selfie en el lugar común.  No es casual que las muertes por Selfie en el 2019 fueron 19 veces mas que por ataques de tiburones.

Entre los miles argumentos en contra de políticas del populismo, encontramos la restricción a las importaciones, por caso: licuadora.  Si bien tenemos que atender a esas necesidades, también debemos trabajar desde los primeros momentos de la formación del niño en deconstruir ese egoísmo que llevará inexorablemente al mundo a la tercera, inevitable y última guerra mundial.

Ahí es donde somos fuertes con tantos lugares comunes:

“El amor vence al odio.”  o  “La patria es el otro.”

La derecha, que todo lo rompe, troca esto por “por la patria es el odio”, pero ya es otro tema.

Enlightenment

Hay un momento de la “Iluminación” groncha, para lo cual nada mejor que mostrarlo en boca de sus conversos.

Sostengo que capturando el alma de esos seres sensibles, pronto llegará la conversión.  Me viene a la memoria una joven llorando de alegría gritando su conversión en un spot televisivo, gotitas de saliva al aire, lágrimas y palabras de agradecimiento a una mujer.

A diario damos con gente que argumenta en favor de tal o cual política
económica, posición tomada respecto de la “Res Publicae”, la cosa de todos y descubrimos que es un peronista en pausa, que aún no tuvo su momento de iluminación, ese momento mágico que los doctos en matemática llaman el “momento ¡Ahh!” que ocurre a la mitad de la ecuación, se descubren a si mismos.

Abundan ejemplos que van desde Agustín de Numidia -que escuchó una voz diciéndole "toma lee" en latín, al darse vuelta encontrar la Biblia- pasando por historias de culturas orientales, que dan importancia a ese momento de auto descubrimiento, el Satori Zen o el Nirvana budista, esa bienaventuranza no es ajena al justicialismo.

Asumimos que llegado un punto, este asintomático sospecha su destino ominoso, por cercanía discursiva con la línea anterior, destino que lo espera paciente.  Nunca somos otra cosa que lo que debemos ser, o no seremos nada, como dijo el general... San Martín.

Momento de quiebre, que -opinión personal- se origina en el arte, porque el
arte del pueblo se hace con el corazón, no en las academias y nos empuja
inexorable e indefectiblemente a tomar partido.  

Ahí el individuo se debate entre aceptar su conversión a la nueva Fe o continuar en la comodidad del "endeble esquema de creencias" anterior, donde el negro cabeza de termo es objeto muy prolijamente odiado. Y está bien que así sea.

Como en todo amor, cuanto mas se acerca el sujeto al Objeto, crece la tensión, que se satisface en la búsqueda del placer.  Verdaderos "ríos de tinta" han corrido en la academia psicoanalítica. Festival de tensiones entre objeto y placer.

Aceptación que llega con una carga simbólica muy importante; el inmigrante ideológico es recibido con estrofas de marchas, refranes, canciones e íconos.  Una creatividad sin límites y frases celosamente guardadas por ancianos memoriosos como en el Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

Y como en Alcohólicos Anónimos.  Hay testimonios, que colaboran en la producción lacrimal.

Testimonios

Esto último termina de forzar al individuo a la conversión:

“Me hice peronista porque no se puede ser feliz en soledad” -Leonardo
Fabio.

"Soy peronista porque el primer pan dulce que hubo en mi casa me lo dió Evita" -Carlos Monzón.

“El marxismo es la clase de educación sexual y el peronismo es cuando
se coge.” Pedro Saborido.

Ernesto Sábato recordaba una cena en el norte argentino, con anfitriones muy leídos y correctos, con muchos cubiertos a los costados del plato, brindando en la cena por la noticia del cáncer o la muerte de Evita, mientras observaba por una puerta entreabierta a la servidumbre llorando desconsoladamente.  Puerta que se convierte en espejo en la cabeza del escritor y lo comprendemos nosotros espectadores temporales de esos actos.

Muchas veces es el espanto quien nos indica el camino a seguir, no la brújula del dolor -como indicara Freud- sino del Horror.

“Viva el Cancer, Escribió en un muro una mano enemiga al hacerse
pública la enfermedad de Evita, en 1952.” Por Eduardo Galeano. 

O estas esclarecedoras palabras del contraalmirante Arturo Rial dijo a
trabajadores municipales:

“Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que en este
bendito país el hijo del barrendero muera barrendero”

O tal vez otro tipo de testimonios, los que explican el fenómeno desde afuera.

“No volví a creer en Perón, pero entiendo muy bien por qué otros necesitan hacerlo. Aunque el país sea distinto, y la felicidad esté tan lejana como el recuerdo de mi infancia al pie del limonero, en el patio de mi casa.” Osvaldo Soriano. (Gracias Manuel Andreatta)

Llegando finalmente a los clásicos: 

“Soy peronista mas que nada, porque somos gente a las que les cuesta ser dichosa cuando, a su alrededor, ven sufrimiento ajeno”
"El día que vi quienes eran los enemigos del peronismo, me hice peronista"
Alejandro Dolina. (Gracias Silvia Maldonado) 

Sospecho en esta línea del tiempo como el periodismo, la historia y el mito, difieren las calidades de veracidad a medida se sucede la narración del hecho, aceptando siempre que la historia la escriben los que ganan y que los recuerdos "mienten un poco, siempre fue asi" como bien sugiere Carlos el "Indio" Solari.

Enrique V


Shakespeare narra la batalla de Agincourt, ocurrida el aciago día de san Crispín, en una obra que cierta doctrina cataloga como menor, pero que a mi me gustó mucho, Enrique V.  
 
En estos casos no nos interesa en el arte el rigor histórico, sino la belleza de las palabras.  Solamente la arenga del rey Henry a sus escasos y enfermos hombres, merece la lectura del clásico en versión libro, o ver la película de Kenneth Branagh o la concurrencia al teatro.

Aquellos y aquellas sensibles, tragarán varias veces saliva en ese punto de la obra.  Sigo sosteniendo la necesidad del arte, la necesidad de forzar la sensibilidad y la belleza.

En la obra entra en juego la distorsión selectiva del número de las tropas de uno y otro lado, algo que observamos frecuentemente, cuando la historia deja de ser historia y empieza a ser mitología, Leónidas y sus Trescientos en el paso de las Termópilas, es otro claro ejemplo.

En Agincourt, Shakespeare sugiere que los ingleses eran apenas unos cientos y los franceses decenas de miles, que el rezo al santo Crispín -como Agamenón en Troya- ablandó el corazón del dios y les dio la victoria.

Pensamiento mágico que no hace otra cosa que embellecer la narracion. Porque convengamos, nos gustan las historias fantásticas.

Ademas del error numérico, el autor omite mencionar -sospecho que dolosamente- un detalle aparentemente menor.  Esta fue la primera batalla en la que se dispusieron arqueros detrás de las primeras filas de infatería, en este caso las británicas, hecho que hiciera estragos en las líneas francesas, tomando los ingleses tantos prisioneros heridos que estos -fieles a un estilo- llegaron en cierto punto de la batalla, en que asesinaron a esos prisioneros a sangre fría, para evitar incontrolables motines.  Tambien omitido por el Bardo en su narración.

Pasaron de la condición de "prisioneros" a "muertos" en un solo y mismo acto, no aclarado, como en la dictadura de Videla en los setentas o las democracias low cost de América Latina hoy.

¿Que puede aportarnos esta batalla a la simbología, la mística, el "merchandising" peronista?

Aporta, tal vez, uno de los símbolos mas fuertes: La "V", el saludo a través del cual la fratria se reconoce.

La mitología -a diferencia de la historia- no adquiere valor por cierta sino por bella. No tiene mucho sentido discutir sobre la existencia o no de Jesucristo.  Discutimos le belleza de las historias que lo nombran.

Ponemos en valor sus metáforas, como “la tierra para el que la trabaja”.

A menudo, la belleza del mito es demasiado perfecta, no se detiene en los detalles macabros, o las debilidades del héroe. Otras veces asistimos al engrandecimiento del héroe desde otra perspectiva. Lo que para la feligresía cristiana ortodoxa puede parecer una aberración: Cristo amante de Magdalena, para otro sector esto lo “humaniza” y mejora la “pintura”, el relato.

Un Manuel Belgrano gay, como sugiere alguna doctrina con la intención de  reducir su valor en la historia para el revisionismo siglo XXI, puede acercar una lectura distinta, mas amplia, mas bella, mas varonil incluso:

“Un abogado bien, de familia acomodada porteña,que destinan con solo una pieza de artillería y no mucho mas de cien hombres a detener todo el ejército realista, y como táctica elige EXIGIR a los lugareños que destruyan sus campos y quemen sus haciendas, porque lo mandan los porteños”. Los héroes de Marvell ni barren al lado de Manuel.


Mientras que los símbolos aportan a las causas la emoción y la belleza, las estadísticas acercan justificaciones lógicas. La política es un territorio a mitad de camino, no es lógica sino “El arte de lo posible” como decía Aristóteles. "El arte solo ocurre". Leí en otro lado, creo que de Borges.

La Explicación de la "V"

Volviendo a la batalla en Normandía, allá por el 1400, otro sector de la doctrina comenta, que a los arqueros ingleses capturados, los franceses les cortaban los dedos índice y medio de la mano derecha, los dedos con los que se tensa la cuerda del arco, inutilizándolos así para la batalla.  No los mataban, algo mas humanos que los ingleses, los inutilizaban para la batalla.

Luego, los arqueros ingleses sanos saludaban a las tropas enemigas con
estos dos dedos en alto, signo que llevado significado -a palabras- sería algo como:

"Aún puedo disparar" 

Una aparición temprana del posterior: 

“Vamo a volveeeeee”

Esto funciona a nivel simbólico, al resumir en una sola palabra -o solo un signo en este caso- procesos políticos, emociones, teorías económicas, prácticas, mitología, misticismo, arte, etc. En otras topologías, donde la "chusma" no cuenta con este tipo de “aglutinante”, se nota la falta -brilla por la ausencia-, como el claro ejemplo de las protestas chilenas, donde faltan carteles, banderas, "mística" y esa señal homogénea y clara al enemigo de estar en pié.

La "V" es venceremos, es vamos a volver, o tal vez solo señalar que nos quedan mas dedos en las manos con los cuales presentar batalla.

Marco 04 NOV 2019

18 nov 2019

Las futuras cazas de brujas

Durán Barba no tiene ni la virtud de la Originalidad.  Copió a a Goebels y a Timsit.

Lo realmente innovador, de parte de los Macri y Peña Brown, Bullrich y demás responsables del desastre argentino de la última alianza antiperonista, es el apego al guión a rajatabla.

Los medios masivos operaron en perfecta coordinación de relojería con el aparato estatal, con el agregado de un par de actores nuevos al final del período, como las iglesias marketineras norteamericanas, que ajustan su discurso a la perfección.

Debo reconocer que resolvieron una duda existencial, de las mas importantes, que me acompañaba desde la mas tierna infancia:

¿Que gana la CIA financiando iglesias en el tercer mundo?

o

¿Porqué la Meca de estas iglesias están en USA?

Los aparatos ideológicos del estado que mencionara el genial Althusser allá por los sesentas.

Estamos asistiendo como la derecha vuelve a los años treinta en Europa, al discurso xenófobo y racista, seguramente sabiendo que no tiene otra opción. 

Distraen imponiendo una agenda de quinientas medidas anti populares, que van aplicando paulatinamente -aumentos de servicios de los que se benefician al ser dueños de las empresas- otros se difieren -reforma laboral- otros pasan sin que lo notemos -reforma previsional- mientras personajes mediocres que rayan el absurdo militan en favor del derecho a ser pedorros -Mirta, Susana, Naboleti, Casero-

Este último hace el chiste del Flan y los LEGISLADORES oficialistas no lo entienden, mutando de posición la tragedia y la comedia.

Les explican con metáforas meteorológicas o luces al final del tunel, propios de libros de auto ayuda, como van a ir perdiendo derechos, pero que está re bien.

- Re No da!

De hecho el personaje Heidy es quien mas enérgicamente responde a la sátira de la actriz que -intenta- hacer el grotesco de algo que ya es muy grotesco.  Una gobernadora que destruye la provincia, protegida en una fortaleza militar, todo set de Trumman Show y actuación digna de novelas de Migré.

No explican ningún número, su público pretende explicaciones de que hicieron con el dinero pedido al FMI, es demasiado complicado para el intelecto medio, para los "simios con emociones" cuya máxima aspiración es el Iphone, las Nike o la mini pimer que compra en Chile, las misma que vio en la serie de Netflix que usa Luis Miguel, el rapero de moda o esos productos enlatados musicales, salidos de un Reality Show, tan o mas pedorros que su público.

¡Que tiene Derecho a la pedorritud!

Lo realmente preocupante es que años atrás la Cia necesitaba pinchar teléfonos para saber que hacía la población mundial, el décimo mandamiento de Timsit "conocer al público" hoy eso está perfectamente tercerizado en gente que lo hace muy bien, lo hace Mark Suckerberg, le vende esa preciosa información a los gobiernos y empresas, que son lo mismo, mientras los usuarios complacientes dan LIKE a cada estupidez que aparece en e muro de la estupidez.

-- 

Estrategias de manipulación de Sylvain Timsit que erroneamente atribuimos al genio de Noam Chomsky.

La estrategia de la distracción
Este se considera el elemento principal del control social, y consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica de la inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es también esencial para evitar que el interés público en el conocimiento esencial en otras áreas como la ciencia, la economía, la psicología, etc. el objetivo es tratar de mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivado por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, sin tiempo para pensar…

Crear problemas y después solucionarlos
Este método también se llama “problema-reacción-solución”. Se crea un problema o una ‘situación’ que pretende causar cierta reacción en el público, pero en realidad lo que se busca es que la masa acepte las medidas a tomar. Por ejemplo: se permite que se desarrolle o se intensifique la violencia urbana, o se organizan atentados, con el fin de que el público sea el demandante final de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. Otro ejemplo sería: crear una crisis económica para que se acepte como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de ciertos servicios públicos.

La estrategia gradual
Se trata de lograr la aceptación de una medida inaceptable, aplicándola de forma gradual, lentamente, incluso durante años. Esa es la forma en que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas como el neoliberalismo, fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: haciendo privatizaciones, incrementando la precariedad, el desempleo masivo, el control salarial, no garantizan un ingreso decente, etc. Todos estos cambios habrían llevado a una revolución si se hubiesen aplicado de golpe.

La estrategia de diferir
Otra forma de aceptar una decisión impopular es presentarla como “dolorosa pero necesaria”, obteniendo la aceptación pública en el momento, con la promesa de aplicarla en un futuro. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no debe hacerse inmediatamente. Luego, porque el público tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo a la masa acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

Dirigirse al público como si fuera un niño
La mayor parte de la publicidad dirigida al gran público se realiza utilizando un discurso, argumentos, personajes y entonaciones algo infantiles, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o poco conocimiento. Cuanto más se intenta engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Al parecer cuando alguien se dirige a una persona como tuviera 12 años o menos, es más fácil sugestionarla, ya que se tiende a obtener una respuesta o reacción también desprovista de sentido crítico como una persona de 12 años.

Utilizar el aspecto emocional antes que la reflexión
 Utilizar el lado más emocional de las personas es una técnica clásica para detener el análisis racional de una situación, así como su sentido crítico. Por otra parte, la utilización de un registro emocional permite acceder más fácilmente al inconsciente para implantar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
Se trata de lograr que el gran público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control (recortes en educación, recortes en profesorado, en becas, masters carísimos, carreras imposibles casi para una gran población, subidas de IVA cultural como si de un artículo de lujo se tratara… y muchas cosas más).

Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad
Promover la creencia de que está bien y está de moda ser una persona vulgar, inculta, poco intelectual o correcta…  no hay más que ver qué espacios televisivos se convierten en líderes de audiencia como Gran hermano, supervivientes, el fútbol que le da mil vueltas a cualquier otra programación.

Reforzar la autoculpabilidad
Hacer creer al individuo que solamente él es el culpable de su propia desgracia, debido sobretodo a su falta de inteligencia, sus pobres capacidades, o su falta de esfuerzo. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se culpa y se auto desvalida, lo que desemboca en un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución…

Conocer a los individuos mejor que ellos mismos
 A lo largo de los últimos años, los avances de la ciencia han sido tan acelerados que han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, las neurociencias y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológica. El “sistema” ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el “sistema” ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

10 nov 2019

El asedio a la fortaleza de los quemantucas

Sarcasmo Castrense

Altivos y valientes marchan los últimos hombres del general Jürgen Slamastik.

Merma la soldadesca merced a la última hambruna.

Hambruna que algunos la atribuyeron a la iniciativa oficial por reducir el peso corporal promedio de la tropa (mediante una dieta magra en proteínas), cuando en realidad todo fue una desinteligencia logística.

La locura, la envidia malogran la moral de la tropa.

Detalles nimios -al vulgo- son motivo de queja histérica de la soldadesca. 

Recibir constantes quejas sobre los entallados uniformes del enemigo, el corte de las calzas, el rosa chicle de los pañuelos, botas altas durazno, ofenden el intelecto y la hombría del General.

No menos importante son la cobardía, el Netflix o el candycrush, distraedor de los buenos hombres.

A las frecuentes deserciones, se sumó días atrás el grave incidente del batallón perdido en la espesura del monte jugando a La Escondida

Serios informes de auditoría adjudicaron el error al alarde -posiblemente excesivo- del uso del camuflaje; otro punto de vista, a una impericia cartográfica, cuando lo mas probable fuera abuso de tóxicos lúdicos de parte de la oficialidad al mando del grupo.

Aún suele escucharse la varonil voz del Primer Teniente Patricio Del Coso, gritando al poniente nombres de integrantes del batallón, al azar, con la vana esperanza de verlos aparecer detrás de un tronco añoso o un helecho serrucho. 

- Pietrabuona, Dani Alves.  Resistencia, Chaco!  -¡Lo vi soldado!

- Arroyo Maldonado, Luis Enrique.  Monte Quemado, Santiago del Estero.  -Paso al frennnn ... te.  De frenteee.  ¡Mar!.

- Cansamelbaso, Aníbal.  Localización IDEM.  Salga.  Es una orden.

Ahorra energía evitando repeticiones cartográficas, por lo que agrupa los soldados de las mismas localidades.

El General Slamastik comanda algo mas que despojos de lo que otrora fuera un ejército invencible, ejemplo de gallardía en la región.

Cuentos, poemas, óleos y hasta piezas musicales aun recuerdan proezas bélicas y amores dejados al paso de la tropa.  A un suboficial de este regimiento se le adjudica una zamba compuesta para un noviazgo breve, antes de la batalla. 

Dos horas.  El noviazgo. 

La batalla duró algo mas.

Ese preciso esquema afectivo que algún sector de la clínica denomina amor express.

La zamba "La Humectada"

Endecasílabo centrado en la llegada de la niña al batallón, en medio del aguacero.

Escuchando la zamba es casi verla, remera roja con un Círculo y una "A" negligente y tangencial, pañuelo verde proderechoso, a tono con el cabello.

Mirada mas firme que toda la tropa.  Bandera de cuadritos multicolor, cantando un totalmente extemporáneo:

"... Y tu vendrás, marchando junto a mi...

la luz de un rojo amanecer... "

Marchan los hombres de Slamastik al asedio final de la fortificada ciudadela de los quemantucas, pueblo célebre entre sus enemigos por su hostil comercio verbal, su literatura idealista y su incipiente, aún, turismo gastronómico.

Llama poderosamente la atención la práctica que los sociólogos estructuralistas bautizaron Filantropía de lo Ajeno.

Encuentran los locales, un extraño placer en la bajeza discursiva hacia los pueblos vecinos, en la chanza grosera que tantas vidas cobrara en propios y ajenos, cual teucros y aqueos a los pies de la bien amurallada Ilión.

Placer que atenta con los planes oficiales de incrementar el Turismo Receptivo

Discurso etnocéntrico mucho mas acorde a popular en estadio de fútbol, que a relaciones internacionales entre naciones vecinas civilizadas, que desoye evidentemente mandatos estilísticos del decoro y la prudencia como la transcripción de un email reciente.

- "Reclamamos enérgicamente a los negros de mierda de nuestra nación vecina, interrumpan su intromisión política reclamando por presos políticos, puesto que estos son unos indios cagados de hambre y negras culo roto..."

La soldadesca de Slamastik abandonó la comodidad de sus hogares para cobrarse la innoble afrenta de los quemantucas. 

Los lenguaraces trajeron veneno en sus palabras, ojos enrojecidos, tartamudeos y altos en el relato que denotan ofuscación o abuso de tóxicos:

- "Ellos decir Boston significar Caca Grande."

Hecho que despertara "preciosas y esperables lealtades"

La leva reclutó lo mejor de las juventudes locales, entre cuarteles de bomberos, clubes de rugby, claustros universitarios y casas de degustación de glandes, para lavar el honor con sangre enemiga.

Las tropas leales -lo que queda de ellas- proponen al general un duelo de gallito interdental, de hip hop o BMX y evitar con ello la lucha franca y directa.

Cabecea negativamente el general Slamastik, en creciente y entendible enojo hacia si mismo, observando franqueza en los ojos de los soldados y piensa:

- Lo dicen en serio.

- ¿Quién me manda a mi con estos pelotudos? -Se autoamonesta con leves y sonoros golpes de la cara interna de la mano derecha a la frente, mientras eleva los ojos al sol hiperiónida, no en busca de auxilio celestial, sino evalúa la alta radiación solar por recordar el olvido de la gorra y el protector solar 40, que cubra su alopecia crónica.

Siente brotar la negra ira, que parte del lógico y esperable: "son chicos", pasando por "tortura seguida de muerte", hasta llegar finalmente y como es frecuente; a la duda vocacional, recordando la repetitiva sentencia de la finada madre:

- Tito, cuando seas grande tenes que ser service de PC-

Y su correspondiente amonestadora autorespuesta del superyo.

- ¿Porque no le hice caso a mamá?-

Duda el general asomado en lo alto del peñón, si avanzar con el pronto amanecer, mientras inspecciona inconscientemente el orificio nasal izquierdo, con el índice de la mano correspondiente.

Palpa el resultado de la pesquisa, apelotona, amasa -tanteando viscosidad y solidez- el contenido entre pulgar e índice, mirada perdida en el horizonte, Ojos húmedos a la aurora de rosáceos dedos.

Ojos achinados, fijos, húmedos. ¿Miopía? ¿Basurita que trajo el viento o lisa y llana duda?

- ¿Aprovechar la distracción del enemigo a la hora del Bailando por un sueño o esperar el sueño profundo?

Analiza el general la opción de intervenir en la señal satelital con hackers, cambiar el contenido y trocarlo por publicidades generosas en glúteos femeninos que hasta podría pasar desapercibido.

Se debate, sopesa, estima en su Yo el envío de un Grupo Comando que agregue LSD a la red de agua potable, mas desiste.  Se daría así la extraña paradoja del enemigo convertido en amigo.

Conoce las debilidades del adversario, numeroso, aguerrido y valiente, pero bastante flojo en lo cognitivo y algo pajeritos, al tiempo que estima esta falta intelectual, originada en alguna bacteria del agua y cabecea afirmativamente, se auto festeja por la sagacidad y buen criterio. 

Arriesga una respuesta por el lado de sexo entre primos, o abuso de fumigación con agrotóxicos.

Slamastik, gallardo, suelta el "lastre escatológico", descarga la bolita entre sus dedos, al tiempo que una duda estética le nubla los ojos llamándolo a la realidad.

Se observa a si mismo, de pié, perpendicular al horizonte artificial, gesto adusto, camisa impecable, botas lustradas, cinturón al tono, chaqueta de botones relucientes.  Vestigios de fluidos nasales en el puño izquierdo, que pasa desapercibido al público en general, pero que molestan sin embargo al
(sic) general. 

Dirige la arenga a la tropa alrededor del hallazgo de la flojedad intelectual enemiga, al despuntar el alba.

En el verbo, el general rememora vidas de valientes patriotas anteriores,
gestas, historias de batallas, de renuncio, infidelidades conyugales.

Habla asumiendo que sus palabras hincharán pechos y despertarán necesarias valentías. 

Levanta la voz entonces.  Ingenuidad pura, casi tierna.

Lo distrae la visera en la nuca de un par de opacos de su tropa, suelta el gallito interdental para ganarse su simpatía y se chorréa la barba.  Cuelga el resultado de la acción errónea y duda si limpiarlo con el puño de la chaqueta o disimular.

Las risas lo hacen desistir de lo último.

Lo consume el personaje, ante la proliferación del verbo.  Brotan lágrimas de excitación de sus ojos, mas escucha un harto familiar sonido escatológico, segundo plano, poco acorde a la solemnidad que exigen las horas, duele a su intelecto aceptarlo.  Demora en hacerlo, espera -ruega al cielo- haberse equivocado, pero risitas festejaticias y rostros que contienen esas risas brotan en el flanco izquierdo de sus magras filas, lo anotician que no hay error, que escuchó bien.

-Opacos -Piensa

Vuelve, dolorosamente la duda, llega nuevamente a la crisis vocacional.

Se debate el general entre la merecida Pena Capital a los infractores
haciendo peligrar con ello sus esperanzas de victoria en la batalla.  Por otro lado se autoamonesta, imagina esta calidad de soldados detrás de una pieza de artillería, vuelve sobre la díada "actitud y aptitud" y el temor se vuelve de tamaño continental, regional.  

Paradojas todas de difícil o imposible solución.

Slamastik decide reducir y fusilar en juicio sumario a los infractores, encarga la ominosa misión al coronel Ermenegildo Lamondiola, al mando de la brigada "Unidos triunfaremos".

Lamondiola aquel que se granjeara la total confianza del General, cuando alcanzara el grado de Coronel, tras la heroica, inteligente y ya legendaria actuación en la batalla de Pozo del Loto.

La risa de un valioso integrante del pelotón, hace que se malogre el disparo y dé por error con Satanás, el labrador rescatista del batallón que pasa a renguear de una pata.

Pierde así cuatro valiosos hombres, una extremidad posterior del rescatista y cuatro balas, -que echará de menos en la batalla- de la columna de los afterofistas, célebres por su resistencia a la nocturnidad, su capacidad de inventiva al Truco y su resistencia al sueño.

Se encienden luces en lo alto de la ciudadela de los quemantucas.  Pareciera que se pierde algo del original factor sorpresa.

Vuelve a la táctica, planea, imagina un movimiento de pinzas, mas el nimio número de su tropa lo devuelve a la realidad, no le da para imaginar pinza de metalurgia pesada, sino apenas una de depilar.

Su tropa es reducida tanto en hombría, volumen y suministros, mas aun, después de la acción disciplinatoria que pasará -imagina- a los libros de historia como:

"Fusilamiento en Quebrada de los Pedorros"

Conoce de su inferioridad numérica, Los quemantucas los esperan con no menos de diez mil hombres, entre mecheros, enrolladores, mas la canalla pedestre, el general solo cuenta con medio batallón. Sobreestima, posiblemente, el factor sorpresa, reducido sensiblemente después de los últimos disparos.

Continúa la arenga, recupera algo del ímpetu perdido, Recuerda Enrique V de Shakespeare, quinto acto y lo que significaron los arqueros en la batalla. 

Recuerda su carencia, solo cuenta con un cuatro de poca marca y dos centrales entre buenos y regulares, pero sabe, la defensa es un flan.

Cruzan a duras penas el faldeo que los locales llaman: Merluserus Mount, vadean el arroyo "El Escrotal".  Divisan a lo lejos la fortaleza.

-¿Alguna pregunta? -Inquiere el General a sus hombres y a sabiendas de cometer un error-

Avanza Gallardo uno de sus mejores cuadros, paso al frente, prensenta armas.

-Parte para mi General. Tengo una denuncia grave contra el Coronel Monticello.

-No tenemos ningún Coronel Monticello -Responde altivo el general-

-Acercaos y conocedlo -Responde con una reverencia teatral el soldado, que termina en una mano tomándose "las vergüenzas"-

"¡Otra vez el pelotón, la puta madre!", piensa el general mientras trata de resolver el problema técnico aritmético de ser mayor el numero de soldados a fusilar que el pelotón de fusilamiento en si.

-Señor, o sea, Mi general, o sea, con su permiso -Se adelanta el soldado Mayorga- no quiero llevarme esta duda al otro barrio, o sea si vamos a morir hoy: ¿Porque viento en popa es exactamente lo contrario a viento en papo? O sea, NADA.

El soldado Mayorga pertenece a la estirpe de los oseadores.

Risitas festejaticias, nuevamente, escapan de lo que queda de las brigadas afterofistas, afectos como son a los tóxicos duros.

-Coronel -Interrumpe el Suboficial Mayor L'achilamp- Re no da atacar a las *cero setecientas*, estamos re de cara! -Cambio.

Uno de los pasos mas importante para el éxito es el reconocimiento de las falencias propias.  El General cabecea negativamente, acepta que sacó Escuela de Guerra II con un cuatro, incluso hay quienes aseguran que "copió". 

Reconoce haber confiado demasiado en la brigada adiestrada en Counter Strike, especie de simulador de guerra, pero que aburguesa y genera demasiada adiposidad en la tropa.

25 sept 2019

El recuerdo del tren

Trenes que pasan






FERROAFICIONADOS ESTACION KM. 29 (GLEW): Las vacaciones de ...


Podemos pensar nuestra vida -y la de los pueblos- como una constante tensión por elegir cual es el mejor tren.

Todos hemos escuchado miles de frases hechas sobre: "Ya se le pasó el tren", "Yo no me subo a este tren" o "No dejemos que se nos pase el tren" o la frase mas hermosa de la poesía argentina, de Homero Manzi "El misterio de adiós que siembra el tren"

Todas hacen referencia a un tiempo de trenes, aromas de maderas, polvaredas, misterios y adioses.

El tren ya no llega a Alta Gracia, pero nos quedan trenes en las historias y el brillo en los ojos de quienes las narran.

Posiblemente no exista mejor imagen que la de un tren para pensar en el Día Internacional del Turismo, viajes y el romanticismo poético que ello trae.  Pero la intención de la presente nota excede lo literario y pretende hacer una lectura económica.

Nuestra ciudad esta ligada indisolublemente al tren, a la llegada de turistas, a visitantes ilustres, pero esa época ya pasó como también pasó la época del tren.

Carecemos de cifras concretas, de porcentajes de recursos humanos afectados a esta industria, pero necesitamos como sociedad, como ciudad, competir por un espacio en la puja por la captación de turistas. Esta industria genera empleos de calidad -Según la Organización Mundial de Turismo, un puesto de cada diez (1) a nivel global- y un dato para nada menor en estas épocas: empleo a mujeres y jóvenes, los segmentos mas golpeados en la crisis que comenzó en estos últimos meses y a la que no vemos una salida nítida aún.

A nuestra ciudad se le pasó el tren del turismo frente a competidores que supieron acomodar muy bien su oferta -Villa Carlos Paz, Villa General Belgrano, etc- por solo citar los de mayor éxito.

Soy de quienes sostienen que hay muchos trenes (oportunidades) totalmente distintos, pero hay que aprovecharlas.

Las previsiones para el 2030 es de nuevos 600 millones de pasajeros internacionales a nivel global, de estos el 20 % serán milenians (3)

Todo parece presagiar un nuevo aluvión de visitantes extranjeros, durante el próximo lustro, favorecidos por una moneda argentina depreciada.  Muchos de estos turistas serán milenians, idealistas atraídos por la libertad, la anarquía, la poesía y las locuras de juventud y la utopía.

Por una casualidad cósmica, vivimos en la ciudad donde hizo su infancia -Los años mas tiernos de su vida- el profeta icónico de esa cultura, el Che.

Existen oportunidades, muchas, el tren pasa muchas veces. Capilla del Monte "vende" Ovnis y al museo del holocausto en Auschwitz lo visitan 1,5 millones de personas al año.

¿Que intento decir con esto?  Que por muy en desacuerdo que estemos con la ideología marxista, o con las banderas del Che, es El producto turístico, es el tren que va a pasar dentro de poco.

No creo que los polacos estén muy orgullosos de mostrar un campo de exterminio.  Sin embargo, business are business.

¿Lo dejamos pasar o nos subimos?

El Museo del Che en Alta Gracia

(1) http://wtd.unwto.org/es/content/dmt-2019-sobre-el-dia-mundial-del-turismo
(2) https://www.abc.es/viajar/polonia/abci-auschwitz-201501271056.html
(3) https://www.hosteltur.com/130280_turismo-joven-nicho-segmento-estrategico-empresas-destinos.html

22 feb 2019

Vacaciones en Nono - Enero de 2019



“Y no era peor que otras vidas”
Julio Cortazar

Vivimos en un mundo colonizado por malos bichos agazapados en los lugares menos pensados, porque -convengamos amigos y amigas- es cómodo y casi justificable imaginar al odontólogo sádico con todo ese instrumental de la santa inquisición a su derecha, pero no al heladero o al recepcionista del hotel.

Primer y Gran Error, el heladero bien puede calificar en esta categoría.  Lo entiendo, muchas veces tiene razón.  Paso a justificar el argumento anterior, para ello nada mejor que los ejemplos.

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Primer caso: el propietario de la Hostería un tercio de estrella, les habla a sus pasajeros en un proto-portugués, aprovechando que vivió un par de años en Pipa o Arraial de Ajuda, o meses.  

O eso dice.  

Parece un acto de amor a simple vista, para que a estos clase media aspiracional, el aterrizaje a esta capa social inferior les duela lo menos posible.

-¡Olha rapais! -Ordena señalando con el dedo el horizonte artificial- vocé tein...  que minha Mai  ...

Mide las muecas de los rostros, asiente, duda, mientras acompaña las palabras con movimientos ondulantes de cintura, para simular brasilitud.

-Na rua Das Chilampis -Acompaña el discurso con la cabeza autofestejándose el chiste sin reírse- vocé vai trocar reais u soubechi.

Ni la sintaxis, ni la fonética, ni el motivo son correctos. Nada es correcto, en honor a la verdad.

El huésped sospecha algo.  El mal bicho anfitrión juega con algo de ventaja, ya que leyó algo de Lacán.  No somos otra cosa que intentos inútiles de comunicación.  Botellas lanzadas al mar.  Mal bicho.


La plaza del pueblo exclusivo de calles de tierra (polvo, casi talco en realidad) en Traslasierra es la tramoya de nuestro segundo acto.


Plaza llena de artesanos con buen gusto.  Excelente.  Podemos notarlo en los "Ahh" levemente aspirados de las señoras que pasan.  Suelen acompañar el verbo con esporádicos levantamientos de cejas.  Tocan prendas de vestir, o quedan embelesadas frente a una fuente cerámica, odorizando la prolija la plaza, al ritmo de su pausado paso legislativo y perfume de freeshop aeroportuario.

Los menesterosos inmigrantes sociales aterrizan de la capa inmediata superior.  Estacionaron
a cinco cuadras sus vehículos de combustión interna, que por comodidad narrativa llamamos simplemente autos.   

Treparon subidas interminables, seguidas de bajadas y curvas también interminables, arengando críos por ahorrar cien peso de estacionamiento medido por "naranjitas".  

Sospechan -y para ello tienen un olfato único- que orbitan la plaza, esos malos bichos de chalecos anaranjados.   Dueños estos últimos de una paranormal capacidad de saber cuando dinero cargan los conductores en las billeteras, pero una mayor capacidad deductiva, la esperanza de poder sacárselos a cambio de la pantomima del señalero aeroportuario, pantomima que tranquilamente merece un capítulo aparte.

La actuación del mal bicho del chaleco anaranjado consisten en mirar el horizonte, mano derecha en algo cual tiro libre indirecto, simulando la existencia de tránsito en un pueblo en que el parque automotor no supera la decena de unidades, seriedad en el rostro, profesionalismo, esto no es para cualquiera.

Al pedestre grupo humano continúa su derrotero en la felicidad del ahorro, puesto que sufren de un fenómeno acorde a los tiempos del neoliberalismo, la iliquidez.  Les impactó de lleno en la línea de flotación, pero reprimen el aparato cognitivo como sugiere el rápsoda Homero en la Ilíada: "porque la negra pena brota". 

Cierta inexplicable sobreestimación del Yo, hace que asuman similitudes entre Brochero y Buzios, seguramente debido a la “B”.  No estoy seguro. La salinididad del agua difiere.  Bastante.

Difusa categoría intelectual, otorgan demasiado valor a la al deseo y la fe en ello, esto hace que otrora aceptaran falacias del tipo:

-El que depositó dólares, recibirá dólares, because one peso is one dolar in the money basket when the economist is not wrong...-

La misma misma inexplicable Fe, forzó en el matrimonio la aceptación de las palabras del mal bicho bancario, cuando el último sugiriera "La posta" de los créditos UVA, fe esta que no les permitió escuchar correctamente cierta homofonía con: "Bosta".

Posiblemente colaborara en esta fe, detalles estéticos en el ejecutivo de cuentas tales como: el planchado impecable de la ropa, la manzanita del teléfono, el movimiento ligeramente afeminado de las manos, la sonrisa tirahondosa a la señora y el logo de Tommy en la camisa.  

Pensamiento mágico.  Creo y deseo que asi debe ser y será.  Rezo para que así sea y será.

-Este año, está claro que los sueldos le van a ganar a la inflación-  Soltó exageradamente al pasar el mal bicho al que, posiblemente quepa aclarar, el banco abonó buenos bonos por colocar créditos UVA.  
 
Nunca mejor utilizado el verbo colocar.

Es lógico y esperable adivinar el origen de la FE del oferente crediticio. Tal vez sea un poco mas complejo indagar la fe de los tomadores del mencionado crédito.
 
Teorías hay por mile: El agua.  Mamadera fría en la lactancia.  Sexo entre consanguíneos.  las antenas 4g. 

Ya en la plaza, los adultos del endeudado grupo familiar, cabecean al pasar frente a los lánguidos, leídos y predispuestos artesanos con el latiguillo: “estoy mirando” que utilizan a modo de punto final de la oración al escuchar  
 
-min Cient lams imcmil ... pesos.   O algo así.

El agregado del vocablo mil al terminar la oración, oficia de acelerador del paso.

Cierto extraño acto reflejo, fuerza a mamá hacer el cambio mental a otra moneda, solo para recordar tan noble actividad, fuera de lugar y tiempo.   

Si fuera una psicopatología podría llamarse Bulimia Salarial.  Asume tener una billetera mucho mas gorda de la que tiene, o billetes con mas ceros.

- ¿Cuanto cuéesta...? -Conato de diálogo de transeúnte femenino seguida de críos hacia el artesano, simulando el brasuñol ya que alguna porción encefálica aún entiende está en la Rúa das Pedras-

- ¿Buenas tardes, como le va? -Corta en seco artesano, recordandoles a los pequeños que hay que saludar, con dicción y sonrisa de multinacional de agrotóxicos, ya bajando un par de escalones la voz- Mdmisimhhs MIL, contado.

La mujer solo señala otra pieza en telar.  Algo inteligente en su yo hace que reprima abrir nuevamente la boca, como en final de materia para la que estudió un día antes.  Se que hay malos bichos que hacen eso.

El artesano baja la mano que sostiene una novela de Graham Green en inglés, ajadas tapas de libro de segunda (posiblemente quinta) mano, los escanea desprovisto de pasión, merced a su condición de mal bicho intelectual.

Algo de asco se guarda para si, reconozcamoslo, les adivina el algo en el andar o las palabras.  Simple exceso de exposición a la TV de aire, concursos, "Correcto", "Bailando por algo" o esas cosas, todas juntas.

La mas pequeña del grupo humano da cuenta del desprecio y lo absorve.  Pasa totalmente desapercibida a los adultos, cruza miradas con el artesano, cual reptilianos en proceso de recuperación, pupilas que chocan y se repelen, como polos de imanes.  Como si se conocieran de Reptilianos Anónimos.

La pequeña fue la única que leyó placas buscando fechas y relacionándola infructuosamente con la arquitectura en el frente de la iglesia; el resto, solo postéa, posa para selfies, instagramea o carga historias a redes donde debe ser visto.

- Esto explica muchas cosas- Sugiere en estos casos el divinal Sisoco García, hombre probo. 

Ponen proa a la Heladería Artesanal franqueada la deshidratada calle serrana.  Quinientas -tal vez algunas menos- personas en diez metros cuadrados, explicable, tal vez, en la existencia de un aparato de aire acondicionado.  
 
¡Encendido!

Muchos de los apostados, miran el Televisor, que -tal vez valga aclarar- no los mira. 

Pasados unos minutos, nombran el número en la mano del papá de seis gringuitos de publicidad de calditos para sopa.  Publicidad de esas de la tele o en la revista del diario del domingo, de los que pueden pasar perfectamente desapercibidos en Austin, Texas, no en Córdoba.

-¿Que gustos? -Pregunta el mal bicho detrás del mostrador, después de establecer contacto visual con la flaquita inteligente, de muy extraña belleza ominosa, propia de película de terror clase "B", que sabe dar tratamiento muy concreto a “presiones oculares” y sonríe ejerciedo tan noble capacidad.  
 
Le chupa un huevo la cara del helader o a la malbichito.
 
Se lo hace saber también con la mirada.  Entiende que puede dar por terminado el scaneo y decide derretirlo.  Heladero declara perdida la batalla y mira hacia otro lado. 

-Otro reptiliano inmune al derretimiento, ..chisumadre -Piensa y se reprime- 

Este mal bicho femenino pequeño y hermoso, solicitó via una APP en el iphone a Santa Clauss directamente, viajar a Disney y fue muy clara, no la realidad que le toca a modo de vacaciones.  Una plaza de hippies hidrofóbicos, en lugar de Mickey y Minie.

Hemos creado una generación de mini monstruos tan egocéntricos como inteligentísimos, destinados a gobernar en breve este planeta, que nos eliminarán como carga innecesaria y costosa.  Posiblemente sea lo mas correcto.  Lo se, lo vemos en sus sonrisas de cinco años cuando nos hablan.  Liderarán esas malvadas huestes, niñas como esta.  Mal bicho de tercera categoría, en acto y malísimo bicho en potencia por parafrasear al estagirita Aristóteles.

Por simpatía, los masoquistas empatizarán con el heladero, que escucha los chistes de la clientela, los comentarios del Televisor, la escasa atención que recibe el monólogo de un pequeño que insiste con una única e insistente frase:  
 
-Papá, caca
 
En segundo plano, perfectamente audible y entendible al oído desnudo e indocto en paternidades.

Difícil no evaluar seriamente la opción del suicidio, agregamos a esto la triste conclusión a la que llega no menos de veinte veces al día el mal bicho heladero:

-Hace veinticinco minutos que están. ¿Podrían haber elegido, que se los impide? ¿Porqué miran el Televisor? -Está en todo su derecho de pensarlo y esgrimir el fusil de asalto soviético AK47 Kalishnikov-

Afortunadamente para la salud de todos, reprime esa opción y elige una mas sublimada en términos psicoanalíticos.

Ocurre, lo sé, en todas las heladerías, en todo el planeta, en todas las latitudes e idiomas.  Es ley.  Nadie, repito nadie elige el sabor de su helado antes de su turno en la fila.  Debemos asumirlo como una patología mas.

- ¿Que tiene el Sambayón Granizado? -Pregunta una del medio del grupo, diez años temporales, pero mucho mayor IQ que la madre.  O el padre. O la suma de los IQ de ambos.

-Tiene Sambayón y granizado.  Principalmente -Responde el joven golpeando la tapa metálica y se silencia el salón-  Levanta las cejas y responde al “buen día” que dice la pareja que entró siendo ya la tarde, agregándole un:

- La puerta.  El aire.  Gracias.  Mmnndía-

Mantiene cinco conversaciones coherentes con cara de sota de espadas.  A la nena, al que preguntó por el telecentro, a la jefa que le dice que no trajeron Sambayón Granizado y a la pregunta ¿Gol de quien? de alguien con casaca plástica del ascenso, conurbano, zona oeste, recién llegado de recital del indio, a lo que responde con sonrisa rara cercana a:

-Es como si me preguntaras por la masa y el spin del Boson de Higs -Reprime la respuesta no sin un esfuerzo sobrehumano.

Mientras tanto, el pichón de reptiliano femenino responde:

-Ah! entonces, Menta con locro, banana split y sambayon granizado-

-Te cuento los gustos que quedan, principalmente -confunde gustos por sabores- enumera cuarenta, sin olvidar el advervio de uso universal principalmente, con el que pareciera deben terminar todas frases del siglo XXI-

Levanta la voz y modula palabras a la usanza de maestra nivel inicial, en un intento inutil que el resto escuche.  Algunos escuchan, alguno presta más atención al partido en segundo plano.  Nadie a sus respectivas parejas. Otra categoría, al menos riesgosa de malos bichos.  Ni a los niños.   El setenta y cinco por ciento mira alguna red social en el celu.

El voluminoso papá quita un prócer de la comodidad de la billetera, complicada actividad por convivir con crío de un año a upa, por tratarse de un ser humano con la cantidad normal de extremidades y no un dios védico.

Intuye, duda poder simplificar la transacción con la de débito, pero también intuye el contenido de esa Caja de Ahorro Prestige Enforcement, o Infinia Mega, o Emperador Black, o Diamond Enlightentment, o algún otro nombre que la haga parecer corpórea.  Ilusión excesiva que ese banco (al que solo nombran solo por siglas en inglés EI TI YET LAG), vaya a existir más adelante, al día siguiente por ejemplo. 

El heladero multitarea entrega los últimos dos helados al padre que sostiene el crío y la billetera, ya haciendo malabares.   Ninguno de la tribu reclama su cucurucho porque están cagándose a trompadas, como corresponde a niños sanos y fuertes.  Antes que el padre inicie el viraje para entregarlos, en un mismo y único acto, recibe del heladero dos billetes de diez pesos y cuatro de cinco pesos.  Billetes que en algún lejano momento fueron de papel. 

Los próceres y paisajes no guardan la simetría arriba versus abajo, invisible al señor, pero que molesta sensiblemente a la mamá algo TOC, que observa la billetera en segundo plano y hace un tirón de cuello a modo de tic involuntario.  Tic, Toc, Tic, Toc.  A la espera que el marido guarde el dinero.  Cada milisegundo sin que ingresen los billetes, agrega tensión innecesaria.

La magia ocurre, lo sé.  El mal bicho detrás del mostrador heladera, esperó por este momento todo el día.
 
Mamá espera que entren los billetes, papá un milagro que colabore en que no se caiga el crío, el heladero espera terminar con los quinientos clientes, alguien esera que terminen de acomodar la barrera en el partido del ascenso.

Afortunadamente para el mal bicho heladero, la imagen pelotudo voluminoso llenando billetera con dos helados en la mano, se repite no menos de diez veces al día.  Con niño en brazos, es un adicional invalorable.  
 
Ninguna obra de teatro de Carlos Paz le llega a los talones.  Este pibe es un mal bicho de los buenos.

El espectáculo premium sucede, ES, al caer uno de los sabores. 

- ¡Gol! Gol.

No, No es en el partido.  Estoy simulando la alegría del heladero.

El enjambre neuronal del gordo entra en crisis.  De las importantes, como cuando llega el resumen de Master Preference Black cuteandpaste.  

En mili segundosp lanifica, hace una pausa, actividad cortical importante, evidente incluso al ojo indocto. Transpira litros por cada uno de los blandos, blandísimos billetes.  Busca auxilio mirando hacia atrás, nadie le sujeta el pibe, la madre está entusiasmada administrando el reparto de sopapos generosamente, ante la mirada inquisidora de una vieja hiper coqueta en segundo plano.  Mucha tensión.

Ella leyó por esos días, en la Cosmopolitan o el suplemento Viva, que está bien un soplamoco de vez en cuando al párvulo y anda aplicando la poco confiable teoría cada vez más contenta.  Motivada seguramente en la tensión libidinal por falta de sexo.
 

Duda papá en soltar el pibe al suelo, lo apoya, deja la billetera en el mostrador, sabe que está el carnet de conductor y teme por eso, estima inconscientemente los consumos del día.  Desestima la denuncia de extravío. Todo ocurre en nanosegundos.

La inteligente se apiada del neandertal y toma los dos cucuruchos.  Ella se sabe un error del señor nuestro dios en ese hogar, ve aflorar dejos de una mueca de desilusión en el rostro del heladero.  Reptiliano junigran.

Papá entrega a Mamá con miedo al más chico y guarda a medias los billetes. Los empuja.  Teme recibir un sopapo el también.  Lo merece.  Lo sabe.  Ambos lo saben.  Lo necesitó de niño, ahora es tarde y al pedo.  Mamá demora unos segundos mas en desestimar el sopapo a papá.

-No, crema del cielo y apio no lo hacemos más -Dice el heladero al nieto de la señora culta ya en tercer plano, fuera de la composición de la foto, confundido con el partido del ascenso que ve con un tercer ojo budista-


Por algún milagro inexplicable del universo, nadie muere y la familia semi funcional abandona la heladería.

En la plaza se sientan a ver el payaso, mamá separa a los pequeños beligerantes con el famoso sopapo parietal, mano abierto, tangencial y despeinador.  
 
Cruzan a la plaza, proeza que empequeñece a la guerra de Troya, Elena, teucros y aqueos, etc.

Una importante ecuación inconsciente, con la complejidad de cubo rubik, se lleva a cabo en el intelecto de los adultos, escapar lo suficiente de la primera línea de sillas plásticas, pero no tanto como para no escuchar al payaso.  Como la paradoja de la carrera en la que gane el quinto.

El nuevo mal bicho, el payaso, suelta un par de obscenidades a medias, que pasan desapercibidas producto del bajo coenficiente intelectual del público o el escaso valor del importe que piensan dejar.

La nube humana intenta despegar un minuto antes de sospechar la aparición de la palabra gorra en el discurso del artista callejero.  Y no por miedo a la “Yuta”, precisamente.

No cuentan con que nuestro mal bicho payaso, tiene un "speach" más largo que el espectáculo para -intentar al menos- correrlos por el lado de la vergüenza.  Lo pone en práctica.   ¡Pobre iluso!  Agrega chiflidos de llamado de taxi.  Tampoco  sirve.

En poquísimos casos da resultado, el intelecto medio es excelente.  A algunos los corre con la gorra y tampoco se dan por aludidos.  

Este taget puntual confunde "A la gorra" con "Gratis de la tercera fila para atrás".

Pero el payaso vive de esto y alguien que también vive de esto es su mejor herramienta, la payasa, de escasa a nula intervención escénica hasta ese momento.  Acá entendemos la función de ella.

Ella pasa al centro de la acción, con precisión militar que hubiera sido la envidia de Anibal, Von Clausewitz y Sun Tzu juntos, rodeando en movimiento de pinzas a la infantería que intentó una retirada medianamente honrosa.

Cercado entre las fuerzas enemigas y el orgullo, el Homero Simpsons de cabotaje no encuentra mejor salida que tomar el dinero sobrante de la heladería, que en realidad no terminó nunca de entrar a la billetera, predestinados a no ser, entregárselos a la inteligente del grupo, la que tiene roto el medidor de la vergüenza.  Esta toma con una mueca de asco los cuarenta pesos y los lleva a la gorra de la payasa entre índice y pulgar, el resto de los dedos abiertos en abanico. Asco que pareciera virósico, porque la payasa es automaticamente contagiada.

Como un bucle FOR en programación, estas escenas se repiten todas las tardes de verano, cualquier parecido con la ficción es pura casualidad.