30 may 2011

Tratutore, traditore.

Asado


Capitulo IV

Acércase Odiseo Torres, igual a un dios, el repasador parcial o escasamente blanco adosado al varonil hombro izquierdo, cual emblema que anoticia a los asistentes su conditio “el asador” al que se dedicará el/los aplauso/s, concluida la ingesta grasoesclerósica, horas después.

Lejana ya quedó la época en que el repasador respondía a la cualidad original de: la blancura. 
Atestigua esta afirmación: la de ser el encargado del asado, no solo con el repasador. 

A la hora de comunicar, nadie como el sanvicentélida Odiseo Torres, nadie sabe como él hacer llegar información de un punto A a uno B.  Tal vez no por el camino mas corto, pero si el mas bello.

Las duras manos del héroe sostienen temblorosas y sudadas, tenedor y cuchillo de colosales dimensiones.  Proviene del largo viaje, uno que lo trajo desde la remota e incómoda parrilla al ras del suelo, a la comodidad del (sic) comedor, donde aguarda en guardia el grupo afín en gustos culinarios y literarios.  

Carraspéa, aclara la garganta finalmente arriesga, no sin dejos histriónicos en la potente voz de mando y el movimientos -peligroso- de los mentados adminículos1 hacia uno y otro lado.

-Arqueándose están ya los grasofaldezcos huesos, aquellos que tiempo hace que yacen inertes sobre los ígneos hierros paralelos, de poca esmerada higiene. ¡Escanciad el vino presto, convocad a los vástagos y enderezad los vegetales!-

Solo le faltó Izad las velas grumetes de agua dulce.

Habla de costado, como en Uruguay, como quien se comunica con la heladera y no a alguien en particular. Los niños temen algo terrible. Los grandes también, pero disimulan mejor.

-A comer que se pasa el asado. Agrega el mejor de los amigos, a modo de explicación.

El mensaje había sido perfectamente entendido, la delgada y folcautiana conexión significado / significante se había cumplido. Los rostros aguardan por una Explicación (con mayúsculas) y no traducción o descifrado. Esperan, tal vez, un porque antes que un que.

Mientras el héroe se retira, el amigo ensaya en voz baja los vulgares y esperables comentarios tales como.
 
-Es que tomo dos vasos en ayunas -y otras que en las miradas de la concurrencia, nota no son suficientes-

-Cree que estuvo en Malvinas. O si, estuvo. No sabemos - Suelta Jacinto Ruiz fiel a una voluntad y fe inquebrantable en el prójimo-

-Carga la pesada culpa de haber votado a Menem en el '89 -Ya justifica Sisoco García, hombre sin mácula-

-Creo que fue una mamadera fría al octavo mes –Ya juicio de valor y no en tono de pregunta- en plena angustia del octavo mes-

- ¿Puede haber sido Mc Pollo, martes pasado?.

Y todo continúa como en un nuevo acto.

Se suceden gritos, imprecaciones, requisitorias, mentirosas voces del truco, juicios de valor, que para el extranjero a estas latitudes lindan con la guerra civil, pero luego comprende no son mas que son criollas demostraciones de afecto.

Algo molestó al Argandóñida, Sisoco sopó la sanguinolenta superficie del vacío con un pan, u opinó sobre la cantidad de brasas debajo del chivito.

Corre Sisoco por su vida, detrás, Odiseo semejante a un dios con su cuchilla de Siete pulgadas2, jurando "cercenarle las vergüenzas" 

Jacinto cruza su desbordante figura delante del ofendido.

- No os interpongais, entre el dragón y su ira –arriesga Odiseo y agrega al indocto, en voz algo mas baja- King Lear, Acto primero.

Y como siempre ocurre en estos casos, todos continúan como salidos de un velorio, “show must go on”, o “no era peor que otras vidas” y ponen cara de cajero de banco yankee.

Ya en la mesa, el héroe levanta son sus toscas manos guerreras, una copa que amenaza romperse, con marcas de dedos de grasa de chinchulín, a través de su negligente translucidez proclama:

-Observad la crátera, mortales. Tan excelso néctar de Baco, aún toleraría (condicional), un dejo mínimo de agua carbonatada.

Uno de los niños de Sisoco, fue en este caso quien agregó:

- Pasen la soda para el tío.

1 Los que acreditan su condición de Asador, especie de condecoraciones culinarias.
2 Los cuchillos se miden en pulgadas, como toda arma. Aditamentos para matar pulgas, tal vez.

29 may 2011

Tansilvania

Transilvania


Según la voz popular, el conde Vlad Tepez -luego Drácula- no alcanza a ver su imagen reflejada en los espejos, se ha hecho de ello un lugar común, pero la verdad es muy otra. 

 Un amigo ocasional transilvano, sostiene que la aversión experimentada por este personaje de paladar sofisticado, es hacia lo que observó con horror1 una vez que se contempló al espejo en el siglo XVII: ALUCARD

Experimentó cierto miedo, tal vez atisbó un flash futuro.  Pareciera que sufrió un rechazo similar al producido por el ajo, como si su nombre y todo su esfuerzo en labrarse su bien ganada fama, pareciera aludir a lo que siglos mas tarde sería la marca registrada de una tarjeta de crédito, bancos yankees, inversiones, notebooks, teléfonos portátiles con mil funciones y corbatas de seda. Toda una vergüenza más que suficiente.

El segundo y no menor de los tópicos de la cultura vampiril, es la eternidad en la que se desenvuelven, no podemos decir “viven” estos llamados vampiros, es muy otra a la narrada por Bram Stoker, no sin antes detenernos en ese detalle no menor, el fuego eterno, particularmente no me resulta para nada distinto del bien eterno, cuando lo que asusta, es la eternidad per se.

Concluido el comentario malvado, dejo al lector en libertad de continuar. 

El eufemismo al que alude Stoker es a la sangre humana de la que viven muy bien esos bancos que prefiguró el conde en el espejo, prestándole dineros a los países del tercer mundo. Cierta vez di con una definición, un banco es "un tipo que te presta un paraguas que no necesitas, y te lo pide cuando llueve".

1 Que Drácula experimente horror sería una horrorosa tautología, veremos.

20 abr 2011

El Campo



Los gringos no conocieron nunca la fatiga, eran de aquella época en que el campo era para trabajar, estaban ahora trasero al norte día y noche, pala en mano, haciendo pozos, dejando ociosas las máquinas de sembrar y cosechar en los galpones. Esas, si, que cuestan fortunas, actitud poco entendible.
-Murió la abuela -sentencia uno que pretende explicar con esa frase-
-¿No pensarán enterrarla en el campo? -pregunta Odiseo, iluso.
-La abuela era piamontesa- Segundo intento fallido de explicación.
Será una costumbre italiana enterrarla en el fondo de la casa, piensa. Odiseo recuerda derecho romano I, la inviolabilidad del sepulcro, la obligatoriedad de la servidumbre de paso y otros detalles, que no acercan luz sobre el porque los muchachos estaban extremadamente entretenidos. Además cavaban varias fosas -plural- y no una, en distintos puntos del "patio", si ese rinconcito de las 200 hectáreas merecen llamarse así. El interlocutor nota en el rostro del divinal Odiseo Torres la avidez de verdad, el ansia de saber no satisfecha con las aseveraciones anteriores.
¿La dividirán en partes menores -pensó Odiseo- para menos trabajo, ultima voluntad de la anciana, tal vez?
-La abuela era piamontesa -dice el mas grande mientras seca el sudor de su frente- nunca puso un centavo en el banco. Desde que la agarró Alsogaray con los bonos 9 de julio enterraba todo en dólares, se lo contó a mi prima la mayor muchos hace años.
El divinal Odiseo, descubrió su torso igual a un dios y corrió raudamente en procura de una pala, o un pico, o una aspiradora o una cuchara de té. "Ningún esfuerzo es vano"