31 mar 2017

Maestra pedaleando bajo la lluvia.



Dudo de mis convicciones, siempre lo hice no voy a cambiar ahora.

Es mi secreto para trabajar la humildad para poder crecer.

Tenía mis -pocas, es cierto- dudas sobre el conflicto docente y ser "idiota útil" como leí hace poco en facebook.

No me preocupa mucho esa opinión, ya que seguramente se debía a que su novia me tiraba onda.  Imbéciles de cuernos sensibles.

Me jacto de pertenecer a la estirpe de los convencidos que la educación es uno de los mas sublimes actos de amor, lo que convierte en inmune a la imbecilidad de facebook.

Llovía a cántaros esta mañana en Alta Gracia. Parece un detalle de color.  No lo es.

Mi preocupaciones de la mañana no iban mas allá de donde estacionar el auto para que no se mojen las nenas al entrar a la escuela.

De pronto, a la derecha de mi auto, sobrepaso una maestra que pedaleaba con mucha dificultad, quince centímetros de agua en las ruedas de su bicicleta.

Toda recubierta de nylon en formato rompevientos y bolsas.  Mochila en el pecho, una mano en el manubrio, en la otra el paraguas.

Mica la saluda con la mano y agrega mirándome:

-Mi seño de gimnasia- Como si necesitara justificar el saludo.

La presumo empapada, madre, hija, sensible, compañera, pobre, par, sustantivo que en definitiva aglutina todo lo anterior.

Me duele -mucho de verdad- imaginar a mi hija maestra, mi hermana maestra, mi mujer maestra, mi hermano maestro. 

Mis maestras, por esa máxima de Sartre:

"Uno es lo que hace con lo que hicieron de uno"

Lo poquísima cosa que soy, lo debo a esas personas que me enseñaron a dudar.

No se porqué anda va en bici. 

No es culpa de este gobierno.  Exclusivamente.

Y hay malnacidos que los verduguean a los docentes.  Que restan importancia a su lucha, que secretamente opinan que son vagos, que pasan carpetas médicas y los o las ningunean.

Afortunadamente existe la grieta que nos separe de quienes opinan eso.

-Si dudas del camino -Dijo don Juan de Castaneda- busca el camino con corazón.

Nos reímos de lo mismo, porque nos duele lo mismo.

Nos duele la educación, docentes incluídos.