24 sept 2017

Hostería Malacara



Hostería Malacara en Villa Cura Brochero





- El camino es sinuoso:
Cuantas veces temiste al sueño viajando en anchas autopistas de múltiples carriles?  En el camino de las Altas Cumbres vas a fruncir tanto el upite que mantendrás los ojos abiertos hasta 2 días después de la llegada a destino. No hay PEAJE, esa violación diaria que asumis como natural en este camino no existe.

- Multiclima:
en las dos horas que dura el viaje, vas a experimentar diferencias de temperatura, nubosidad, precipitaciones, deficiencias gástricas, eruptivas contagiosas y vueltas a la normalidad a lo largo del camino, no te asustes, es normal.  Eso que ves a la derecha chiquitito es el pueblo, lo que media entre tu vehículo y él se llama precipicio, evitarás usarlo para disfrutar la experiencia a pleno.

- La Hostería solo tiene desayunador:
Viste que hay hoteles hiper chetos en los que tenes que vestir "elegante sport" para ir al restaurant? No es este el caso. Eso si, el pan casero del desayuno suple esta deficiencia.  Podes desayunar de ojotas y bermudas.

- No tiene Wifi:
Gracias a ello vas a poder COMUNICARTE con tu hijo de diez, tu hija de ocho y tu mujer.  Seguramente todos dejarán por unos días facebook, pinterest, instagram y twitter para HABLAR.  Te salvarás de escuchar "Despacito" -algo que REALMENTE no se paga ni con todo el oro del mundo- o los grititos histéricos de las novelas de Disney por unos días. Posiblemente esta cercanía verbal te obligue a preguntar sus nombres.  Aprovechalo, no vas a tener muchas oportunidades mas en adelante.

- No tenemos ascensor, porque tampoco tenemos mas pisos que el primero, subir esas escaleras diariamente al desayunador contribuirá a tu calidad de vida, por aquello de sístole y diástole, oxigenar la sangre y esas cosas que hablan los médicos, que siempre encuentran motivos para retarte.

- Personal bilingue:
La Pepé y el Mandi no hablan ingles fluido, pero van a colaborar en tu comunicación con los lugareños, que hablan en "chuncano", un dialecto de raiz latina, de eses aspiradas, de difícil comprensión al forastero.

- Podrás recorrer los sitios por donde anduvo el santo José Gabriel Brochero, que no era un cura que vendía broches por las Altas Cumbres, como muchos creen.

- Los coloridos de la feria de vereda BELLAMENTE dispuesta en su frente, nada tienen de enviarle a los colores de "caminito" en Buenos Aires, la escalera de Lapa en Rio de Janeiro o las festividades del dia de los muertos mexicano.

- Las sábanas, frazadas, camas y colchones son fiadas, pero no te preocupes, no lo notarás a nivel visual ni a nivel tacto.

- Respirar aire puro puede no ser tan perjudicial como parece a simple vista.

- Como en el 504, lo mas importante, sigue siendo el individuo y su alegría, disfrutamos de la sonrisa, corremos agretas y ansiosos. Disfrutamos del "dolce far niente".

15 sept 2017

Los Arquetipos

Los Arquetipos, los pelos largos, la barba y el martirio

“How long shall will kill our prophets
while we stay aside and look?”
Rendemption Song - Bob Marley

Los que habitamos el lado occidental del globo, aceptamos como valedera -o verdadera- la historia que da nacimiento a nuestra cultura, allá muchos miles de años antes del nacimiento de un palestino de barba y pelo largo que vino a cambiar el mundo.

Por convención aceptamos que entre siete y diez mil años antes del nacimiento de ese lider revolucionario que en honor a la brevedad llamaremos solo Cristo; en medio del Mediterraneo, mas precisamente en la isla de Creta, los minoicos mandaron construir un laberinto para encerrar un monstruo que amenazaba su civilización. El Minotauro. Mitad bestia, mitad humano.  Minoicos, minotauro y su rey Minos, parecieran dar nombre a todo.  Las cosas son a partir de ser nombradas.

Este monstruo periódicamente satisfacía algún apetito -la historia no se molesta aclarar cual- comiendo siete doncellas y siete mancebos.

Se entrega voluntariamente a la pasión Teseo, un joven de pelo largo y barba, desoidor de lo que manda la ley o canon.

Preste atención lector, este -aparentemente mínimo detalle- la sordera a lo que manda la ley y su correlación con el exceso capilar, pareciera ser una constante a lo largo de la historia.

La historia, esa misma que escriben los que ganan.

Alegoría tal vez, el costo que pagaban los griegos por la paz, era sacrificar sus jóvenes pelilargos, los mas aguerridos, hermosos, honestos y contestatarios de su sociedad. Muchos de esos rasgos veremos repetirse en otros personajes a lo largo de toda la historia occidental.

Por falta de creativos, por mágica o por simple comodidad para los futuros rápsodas; la historia vuelve sobre sus pasos y se repite constantemente, cíclica, periódica, entregando sus mas hermosos seres a la pasión a cambio de la paz de la sociedad toda.

Cierta corriente de pensamiento blasfemo habla de "sincretismo", especie de plagio que utilizan las religiones nuevas al valerse de los mitos de las anteriores, actividad estoa que explicaría en gran medida el porque del Moisés judeocristiano y su parecido -en grado de exactitud- con el Osiris egipcio, ese dios que sobreviviera siendo apenas un bebé a las aguas del Nilo en una cesta de mimbre, solo que algunos milenios antes a la narración judía.

La opción es pensar que los egipcios, astutos como eran para los números y la física, ya contaban con la máquina del tiempo y viajaron al futuro a copiarles a los hijos de Abraham.

Que la historia egipcia esté escrita en jeroglíficos inentendibles, pareciera otorgarle cierta de originalidad a la de Moises.

Gaby Michetti, con su poder de síntesis, lo aludiría como "El Coso". 

El lampiño Heracles griego, copia del Melkart fenicio, poco tienen en común con el barbimelenudo Jesus de Nazareth, que nació en Belén.  A excepción, claro está, de nacer de una virgen el veinticinco de diciembre, devenido luego activista revolucionario, que hablaba de paz a las multitudes y cuya única acción violenta documentada es echar del templo a los cambistas; algo mas parecido a los fondos buitres, que a los arbolitos peatonaleros de la época.

Un hecho común deja un hilo de Ariadna a lo largo de la historia, conductor; la muerte violenta de estos seres de parte del monstruo -sic- en beneficio de la pax romana.

La historia es un ciclo de eterno retorno de esos seres que se repiten dialécticamente, como nos indicara otro pelilargo barbudo, el que escribiera “El Capital” en el siglo XIX, con apenas veintinueve tiernos añitos.

Hasta que a fines del siglo XIX, un barbudo de pelo corto -esta falencia capilar posiblemente explique la desviación intelectual- escribió una teoría acerca de deseos sexuales reprimidos sobre nuestros progenitores, lo que le valió la huida horrorizada de algunos discípulos, entre ellos la de Carl Jung -pelicorto también- que vino a explicarnos que desde el nacimiento, estamos predestinados a cumplir con un mandato mágico, debemos correspondernos con ese arquetipo, signo del zodiaco, bajo el cual nacimos.

Parece que no tenemos elección de elegir ser algo muy distinto de aquello para lo que nacimos. Aquí radica en gran medida el porqué la mayoría de estos nuevos Teseos, esos que entregamos periódicamente al monstruo -hoy llamado gendarmería nacional- Estos pibes desconocen su destino.

A eso se deba posiblemente su candidez, su bondad, su particular manera de darse a la vida.  Parecieran vivir mucho mas intensamente que sus pares, dependientes de comercio o bancarios, por solo citar dos ejemplos gremiales a la vista.

El único que sabía de antemano que iba a morir de forma violenta por la paz del mundo era Cristo.  Yo particularmente opino que esto es parte de la historia que después narran de él sus cronistas.

Ni el che Guevara, ni Carlos Fuentealba, ni Maximiliano Kosteki, ni Darío Santillán, ni Mariano Ferreyra, ni Pocho Leprati, ni el nuevo Santiago Maldonado, sospecharon que son la cíclica y eterna rencarnación de ese Teseo, que vuelve a camuflarse de hombre a este planeta, con el resto de los mortales, a entregarse a la pasión, morir en manos del monstruo, sacrificando su vida para que cambien algunas cositas mínimas, para que nada cambie.

Llamativa en extremo es la falta personajes femeninos en la historia, como si no entregáramos una mujer cada veinticuatro horas al monstruo.  La historia no documenta nombres femeninos, solo los conocemos por su colectivo: "Las Hilanderas de Manahattan", o "las Madres de Plaza de Mayo".

Imaginamos es para su cuidado.

Recuerdo otro barbudo que "se entregara voluntariamente a la pasión", Sócrates, ese "loco" que deambulaba por las calles de Atenas incomodando a sus prójimos o próximos con preguntas similares a estas:

- "¿Cuidaste hoy de tí?

- ¿Te conoces a ti mismo?"

Lo que nos devuelve a averiguar nuestro arquetipo.

Siendo niño mi debut en las tablas fue interpretando al personaje mas importante que pudiera alguien imaginar, al General San Martín, especie de Terminator de verdad.  Un ateo intelectual que se niega a pagar la deuda externa.  Mi ídolo.

El guion indicaba que ingresaba un soldado -Sergio Fraga- indicándome que un niño se presentaba de voluntario, San Martín, asombrado preguntaba

- "Un niño, que pase"

Pero mi voz salió un par de semitonos por encima de la normal, corregido por una sonora carraspera, cosa festejada por el público con estertoreas risas, sin imaginar que troncaban mi futuro como actor.

Pasan los años y practicando basquetball hago mi primer doble, pero en el aro que debía defender, por lo que se repitió aquella vergonzosa carcajada global.

Hace un par de años, hice un aviso publicitario deliberadamente cómico, inconscientemente orientado a despertar risas. El objetivo original era vender un auto verdaderamente cómico.

Los datos mas optimistas hablan de cifras de siete dígitos de "visualizadores" de este aviso. Tapa dos días en Clarín online, hablan de mas de diez millones de visualizaciones.

Asumo de todo esto que mi arquetipo no es heroico, por mucho que me esfuerce dejándome la barba.  Mi rol en esta historia cósmica pasa mas por el carril de la comedia que la tragedia.

Si existiera un balance celestial del karma, en el que almacenáramos buenas y malas vibras, sería muy difícil establecer un tipo de cambio a moneas de uso legal y corriente, por caso dólares estadounidenses, de poder hacerlo, doce millones de usuarios riendo de esa publicidad a un dólar cada uno, que seguramente hubieran pagado de buen grado por su risa, me hubieran convertido en millonario automaticamente.

¿En quien reencarnará Santiago?

¿Estamos preparados los barbudos a hacernos cargo de ese Karma?

Porque todos sabemos que esta política de seguridad nacional nos convierte en potenciales Santiagos Maldonados.