Duna remís, chocado, acercándose peligrosamente por el cuadrante sur sur este-
-Adelante Comandante Torres, tiene permiso de aterrizaje
-Coordenadas torre de control. Cambio. Conteste torre de control, aqui Torres, torre-
Sueña Oidseo mientras piensa que sueña que divaga por los intrincados corredores del recuerdo, y se le confunden sujeto pasivo y activo de la comunicación, por homofonía.
¿Que puedo deciros, caballeros, que no se haya escrito ya respecto de la dureza del asfalto frente al hormigón?
El hormigón es terriblemente duro, dificilmente pueda ser atravesado por hormigas, salvo en la imaginación del deiforme caballero de San Vicente.
Nada es casual en la vida del héroe, lo sorprendió la "feliz idea" de medir la dureza del asfalto, que asume entre 8 y 9 en la escala Mohs.
Extraña como incoherente idea de entregarle un carnet de conducir a Odiseo.
Nave de escasa(ísima) cilindrada, agua de llovizna, Duna remis que lo encierra, movimiento rectilíneo uniforme, motocicleta al máximo de su potencia en potencia, entre 24 y 27 km/h
Una verdadera locura.
Concurso de hechos, coincidentes en el continuo espacio temporal, que aislados per se no hubieran significado gran problema.
-Adelante Comandante Torres, tiene permiso de aterrizaje
-Coordenadas torre de control. Cambio. Conteste torre de control, aqui Torres, torre-
Sueña Oidseo mientras piensa que sueña que divaga por los intrincados corredores del recuerdo, y se le confunden sujeto pasivo y activo de la comunicación, por homofonía.
¿Que puedo deciros, caballeros, que no se haya escrito ya respecto de la dureza del asfalto frente al hormigón?
El hormigón es terriblemente duro, dificilmente pueda ser atravesado por hormigas, salvo en la imaginación del deiforme caballero de San Vicente.
Nada es casual en la vida del héroe, lo sorprendió la "feliz idea" de medir la dureza del asfalto, que asume entre 8 y 9 en la escala Mohs.
Extraña como incoherente idea de entregarle un carnet de conducir a Odiseo.
Nave de escasa(ísima) cilindrada, agua de llovizna, Duna remis que lo encierra, movimiento rectilíneo uniforme, motocicleta al máximo de su potencia en potencia, entre 24 y 27 km/h
Una verdadera locura.
Concurso de hechos, coincidentes en el continuo espacio temporal, que aislados per se no hubieran significado gran problema.
Repitió no menos de quince veces esta versión libre del siniestro a las visitas, esas que
observan el cartel con la enfermera y el dedo índice perpendicular
al plano horizontal del suelo patrio; prohibición esta que no parece
alcanzar a los usuarios de las camas. Locales que siempre guardan una mejor posición frente a los visitantes.
A fuerza de repetirse y retroalimentarse, el relato cobra vida propia, bastante viciado de nulidad, no podemos decir que falto de verdad, sino que al repetirlo, el divinal Odiseo recuerda cosas nuevas con las que va enriqueciéndolo conforme cambia la audiencia. Algunos datos los agrega porque quedarían bien.
A fuerza de repetirse y retroalimentarse, el relato cobra vida propia, bastante viciado de nulidad, no podemos decir que falto de verdad, sino que al repetirlo, el divinal Odiseo recuerda cosas nuevas con las que va enriqueciéndolo conforme cambia la audiencia. Algunos datos los agrega porque quedarían bien.
Los amigos
llegaron mucho después, notaron que estaba mejor de salud, que no lo
molestaba el yeso o el olor del hospital, y que en breve le darían
el alta, al escuchar los agregados al relato y entre los miles,
aquellos referentes al color de los calzones de la enfermera que le
tomaba la presión y su conato de infarto, entendieron entonces
momento culmine o pico y dieron comienzo el procedimiento "guarangada a discreción"
-Estaba conmigo,
te juro -sentenció Odiseo.
-¡Estás loco!-
¡No van nunca minas en las ambulancias y si van, no son enfermeras,
y si hay enfermeras no van de polleras, y si van de polleras, nunca
te apuntan con eso que llamás el felpudo!
Odiseo, fecundo
en engaños, fue tramando a lo largo de las horas en que no llegaran
a visitarlos los que piensa caro a sus sentimientos, agregados que
embellecieran, o incrementaran el valor de su caída del ciclomotor.
A modo de venganza. Si bien no pueden ser los primeros en llegar a
verlo, y cumplen con su mandato de ser los últimos, también el debe
cumplir con alguna verdad a medias afín.
Ellos lo sabían
y por ello se lo permitían.
Por fin atiende
el celular Jacinto, que siempre deambulaba por madre tierra con tal
adminículo, para escarnio de sus compañeros.
-Che Odiseo,
Pregunta un tal Caronte si vas a tomar el flete que le pediste.
-¿Con dos pesos
te arreglás?- preguntó Rómulo esgrimiendo los restos de lo que
fuera un billete.
-No, solo
monedas parece que acepta el viejo-
-¡Abri la boca,
no te hagas el loco! ¡Vamos que se va la lancha! ante el
fruncimiento labial demasiado esforzado del accidentado Odiseo.
Esos chistes no
se hacen en un hospital. Che. Odiseo y su variopinta cohorte de
alegradores matinales. En una hora le dieron el alta.
A pedido de su
compañero de cuarto.
Ni pacientes, ni
auxiliares de la salud, ni administrativos alegan nada, pero son
demasiadas colillas en el suelo, la botella de wisky que surgió por
generación espontánea, demasiados vocablos que aluden a la parca y
la gota que colma el vaso de la prudencia: la prima pampeana que llegó con los amigos, encandiló a varios
convalecientes con esos colores de pelo, rouge, cartera y zapatos.
Pero por sobre todo, con el verbo que trajera consigo.
Pero por sobre todo, con el verbo que trajera consigo.
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