
Escuchaba ayer a Joaquin Sabina
cantando “Y no perdí
una hija, gané un cuarto de baño”
y me puse a reflexionar sobre el significado.
Sabina no es de los mas crípticos,
no es Spinetta. Tampoco es Arjona.
Claro. Las mujeres de la casa
-pensé- se apoderan, se adueñan, del canastito de la ducha. Mi
amigo Sisoco, creyó que poniendo una canastita adicional,
solucionaba su problema de “espacio vital” al mejor estilo
Hitler.
Error, si pones siete
canastitas en la ducha, la población femenina del hogar, que va de
uno
a N individuos,
va a apoderarse del 9.5% del total de las canastas, es ley.
Dejándole al/los masculinos el 5% restante para la afeitadora
descartable de 6 hojas y ese minúsculo resto de jabón blanco que
llegó -suponemos- para ser jabón para ropa interior, pero que
sufrió una curiosa metamorfosis a: shampoó, crema de enjuague,
crema de afeitar, jabón de tocador y
treinta usos mas,
tan nobles como
extraños.
El solo pensar una incursión en el
otro 9.5 de el/los canastos ya mete miedito. Se me hace como
asomarse por una puerta a un escenario no conocido del Call
Of Dutty.
Además del peligro de violar la
prohibición tácita de tocar los envases femeninos, lo de verdad
complicado es leerlos.
Hay una explicación por el lado de
los costos. Eso que usa él, que viene normalmente en envases de
cinco litros, cuesta veinte pesos, el de ella es un envase de 100 cc
y cuesta doscientos veinte. Es comprensible la prohibición bíblica.
Con los cabellos semi enjuagados,
con restos porfiados de jabón blanco, el intentar descubrir por
sistema braile el contenido de eso que es pote, o frasco, o botella
plástica, de formato algo obsceno, es una aventura de por si.
Lo realmente interesante comienza al
abrir los ojos. ¡Guau!
La etiqueta -alguna de ellas, ya que
tiene no menos de cinco- es prolífica en letras.
El lee beneficios, sitios web, likes
de facebook, twitter, teléfonos del call center, advertencias, donde
concurrir en caso de ingestión, recomendaciones de expertos, de
otros usuarios, vemos que es para cabellos secos, con puntas
floreadas, tratados con tintura, pero en
ningún lugar dice si es
shampoo o crema de enjuague o baño de crema o savia para el cuerpo o
cabernet sauvignon.
Hay una confabulación de todos los
laboratorios. ¡A mi no me joden!
Uno teme algún elemento corrosivo
que entre en contacto con zonas sensibles del cuerpo, del tipo ojos o
lugares peores.
Le lectura se dificulta por ingreso
involuntario de jabón en los ojos y la pequeñez de las letras.
Descubre el pobre gil la inutilidad
del método de lectura elegido, el zigzagueante de izquierda a
derecha, la elección de los títulos, la búsqueda de patrones.
Hay un placer enfermo al alcanzar la
meta. Un:
- La
Tenes Adentro, botella
plástica-
De grito ahogado, lágrimas de
alegría.
Leer en un rinconcito, pequeñas las
letritas, en un color demasiado confundido con el fondo CREMA DE
ENJUAGUE.
Justo cuando una de esas femeninas
de la casa grita de la cocina:
- Sisoco- ¿Estás bien?
Sabemos que imaginan que hacemos lo
que Kevin Spacey
en la primera escena de American Beauty, por lo que contestamos un
Bien
con la mejor voz que podemos producir entre la lluvia, el jabón y
los sentimientos de indefensión mesclada con alegría.
Quedan no mas de treinta litros de
agua en el termotanque, una variable que no pierde el bañohabiente,
en ningún momento de vista, a pesar de realizar múltiples tareas
simultaneas.
Da vuelta el envase de la crema de
enjuague y da con el segundo universal antropológico de los cestitos
de ducha. El ochenta porciento de los envases están
vacíos.
Es mas, hay una tendencia a hacerlos
cada vez mas grandes. Creo que hay ya damajuanas de crema enjuague.
De existir estos, también estaría uno vacío al borde de la ducha.
En esa inspección bastante a
disgusto, totalmente improvisada, en la convicción que al
termotanque le quedan veinte litros para el enjuague, hay quien
descubre crema de enjuague para cabellos que no corresponden con
ninguna de las tipologías del hogar y comienza otra paranoia: La
patadelanez.
La economía mundial ha hecho un
giro a la producción de mas artículos para el exterior que para el
interior.
Una inspección ocular por el super
o el hipermercado nos anoticia de los dos metros cuadrados dedicados
a los dentífricos versus los sesenta destinados a los cabellos.
Nos convencieron que el cabello es
treinta veces mas importante que los dientes. Creen que somos
pelotudos. Nosotros también.
Hay un giro a lo exclusivamente
estético, imagino un diálogo en el super con un envase en la mano
- Boludo, esto tiene Aspartamo-
- Si -Responde el interlocutor- ¿Y
que tiene?
- Es cancerígeno -Continúa el
primero-
- Ok. Pero no engorda-
Creíamos, erroneamente, que era una
característica exclusivamente femenina, por aquello de “La
sociedad de consumo” de Baudrillard. Pero el capitalismo ha
multiplicado el poder de fuego, al intercambiar las “necesidades”
ahora vemos canastos de baño inundado de productos estéticos para
el varón metrosexual, que se precie de tal.
Hasta hace no mucho tiempo, había
sectores arquitectónicos del hogar destinados a almacenar cosas
destinadas al interior de los organismos.
La Despensa, era un resabio de la
épocas en que la guerra era una posibilidad real.
Otro sector topológico de un hogar
era la biblioteca. Una casa sin biblioteca es como un “Rio sin
puentes” al decir de Vinicius. Imagino un comedor sin una
biblioteca y siento pena, como de desnudez involuntaria.
Ustedes podrán argumentar que no
hay mas guerras y que toda la información ahora esta online.
Yo soy de la vieja guardia, prefiero
verlo al backup.
Prefiero la tranquilidad de ver las latas de tomates apiladas y los
libros a la vista. Puede que no vengan guerras a corto plazo, pero
le tengo un miedo bastante fundado a que toda la info esté en manos
de google, facebook, yahoo.
Leì en 1984 de Orwell que aquel que
maneje el presente, maneja el futuro y el pasado. El ministerio de
la información donde trabaja el bueno de Smith.
Infojus esta
borrando el trabajo de años, tal
vez décadas. No estoy tan
loco. Sabemos que las derechas siempre fueron afectas a incendiar
bibliotecas. El emperador que unificó los nueve reinos de Qin
(China) según Borges, ordenó borrar toda la historia para ocultar
la infamia de su madre. La corona española y la iglesia católica,
quemaron la biblioteca de Tenochtitlan, porque sus libros
contradecían las enseñanzas de Jesús, los romanos, la de
Alejandría donde se acumulaba todo el saber antiguo.
Las nuevas autoridades de Infojus
están “quemando” el pasado, porque los incrimina en causas
penales y en bombardeos de plazas públicas. Al ser una biblioteca
virtual, el humo también es virtual, no se ve. Pero la información
desaparece lo mismo.
Mientras tanto, nosotros nos
preocupamos por el cabello seco y por la grasa acumulada en el
abdomen.
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