Asado
Capitulo IV
Acércase Odiseo Torres, igual a un dios, el repasador parcial o escasamente blanco adosado al varonil hombro izquierdo, cual emblema que anoticia a los asistentes su conditio “el asador” al que se dedicará el/los aplauso/s, concluida la ingesta grasoesclerósica, horas después.
Lejana ya quedó
la época en que el repasador respondía a la cualidad original de: la
blancura.
Atestigua esta afirmación: la de ser el encargado del asado, no
solo con el repasador.
A la hora de comunicar, nadie como el sanvicentélida Odiseo Torres, nadie sabe como él hacer llegar información de un punto A a uno B. Tal vez no por el camino mas corto, pero si el mas bello.
Las duras manos del héroe sostienen temblorosas y sudadas, tenedor y cuchillo de colosales dimensiones. Proviene del largo viaje, uno que lo trajo desde la remota e incómoda parrilla al ras del suelo, a la comodidad del (sic) comedor, donde aguarda en guardia el grupo afín en gustos culinarios y literarios.
Carraspéa, aclara la garganta finalmente arriesga, no sin dejos histriónicos en la potente voz de mando y el movimientos -peligroso- de los mentados adminículos1 hacia uno y otro lado.
A la hora de comunicar, nadie como el sanvicentélida Odiseo Torres, nadie sabe como él hacer llegar información de un punto A a uno B. Tal vez no por el camino mas corto, pero si el mas bello.
Las duras manos del héroe sostienen temblorosas y sudadas, tenedor y cuchillo de colosales dimensiones. Proviene del largo viaje, uno que lo trajo desde la remota e incómoda parrilla al ras del suelo, a la comodidad del (sic) comedor, donde aguarda en guardia el grupo afín en gustos culinarios y literarios.
Carraspéa, aclara la garganta finalmente arriesga, no sin dejos histriónicos en la potente voz de mando y el movimientos -peligroso- de los mentados adminículos1 hacia uno y otro lado.
-Arqueándose
están ya los grasofaldezcos huesos, aquellos que tiempo hace que
yacen inertes sobre los ígneos hierros paralelos, de poca esmerada
higiene. ¡Escanciad el vino presto, convocad a los vástagos y
enderezad los vegetales!-
Solo le faltó Izad las velas grumetes de agua dulce.
Habla de costado, como en Uruguay, como quien se comunica con la heladera y no a alguien en particular. Los niños temen algo terrible. Los grandes también, pero disimulan mejor.
Habla de costado, como en Uruguay, como quien se comunica con la heladera y no a alguien en particular. Los niños temen algo terrible. Los grandes también, pero disimulan mejor.
-A comer que se
pasa el asado. Agrega el mejor de los amigos, a modo de explicación.
El mensaje había
sido perfectamente entendido, la delgada y folcautiana conexión
significado / significante se había cumplido. Los rostros aguardan
por una Explicación (con mayúsculas) y no traducción o descifrado.
Esperan, tal vez, un porque antes que un que.
Mientras el
héroe se retira, el amigo ensaya en voz baja los vulgares y
esperables comentarios tales como.
-Es que tomo dos vasos en ayunas -y otras que en las miradas de la concurrencia, nota
no son suficientes-
-Cree que estuvo
en Malvinas. O si, estuvo. No sabemos - Suelta Jacinto Ruiz fiel a una voluntad y fe inquebrantable en el prójimo-
-Carga la pesada
culpa de haber votado a Menem en el '89 -Ya justifica Sisoco García, hombre sin mácula-
-Creo que fue una mamadera fría
al octavo mes –Ya juicio de valor y no en tono de pregunta- en plena angustia del octavo
mes-
- ¿Puede haber sido Mc Pollo,
martes pasado?.
Y todo continúa
como en un nuevo acto.
Se suceden
gritos, imprecaciones, requisitorias, mentirosas voces del truco,
juicios de valor, que para el extranjero a estas latitudes lindan con la guerra civil,
pero luego comprende no son mas que son criollas demostraciones de afecto.
Algo molestó al Argandóñida, Sisoco sopó la sanguinolenta superficie del vacío con un pan, u opinó sobre la cantidad de brasas debajo del chivito.
Corre Sisoco por
su vida, detrás, Odiseo semejante a un dios con su cuchilla de Siete pulgadas2,
jurando "cercenarle las vergüenzas"
Jacinto cruza su
desbordante figura delante del ofendido.
- No os
interpongais, entre el dragón y su ira –arriesga Odiseo y
agrega al indocto, en voz algo mas baja- King Lear, Acto primero.
Y como siempre
ocurre en estos casos, todos continúan como salidos de un velorio,
“show must go on”, o “no era peor que otras vidas” y ponen
cara de cajero de banco yankee.
Ya en la mesa,
el héroe levanta son sus toscas manos guerreras, una copa que
amenaza romperse, con marcas de dedos de grasa de chinchulín, a
través de su negligente translucidez proclama:
-Observad la
crátera, mortales. Tan excelso néctar de Baco, aún toleraría (condicional), un
dejo mínimo de agua carbonatada.
Uno de los niños
de Sisoco, fue en este caso quien agregó:
- Pasen la soda
para el tío.
1
Los que acreditan su condición de Asador, especie de
condecoraciones culinarias.
2
Los cuchillos se miden en pulgadas, como toda arma. Aditamentos
para matar pulgas, tal vez.
Bien, pues ya tenemos claro el menú para amenizar el Happening una vez que se concrete la tan mentada edición.
ResponderEliminarMentada viene de menta.? De mente.?
...o de chequelete.?
P.D.: "Anónimo" es el pseudónimo de el que tu conoces como La Cobra. Pasa que no entiendo mucho de opinar en tecno-blogs
La cobra es un hijo adoptivo que tiene apenas unos años menos. Galeano menciona el idioma eufemistico de unos nativos caribeños que para decir cielo, dicen mar de arriba, para decir baston dicen nieto continuo, para perdono dicen olvido y para amigo dicen: MI OTRA ALMA
ResponderEliminarla cobra es otra alma que presto al valle de traslasierra, por un tiempo