22 mar 2013

Animus Vivendi


Es bastante difícil imaginar a alguien que acepte vivir en una ciudad donde el control bromatológico de lo que llevamos a nuestras sensibles gargantas, la salubridad del agua, el ruido que infesta nuestros oídos, el cauce de los ríos de estiercol y miles de beldades similares esté en manos de MESTRITO.

Ramon Mestre jr.

-¿Quién en su sano juicio aceptaría ponerse -él y su progenie- en manos de alguien con esa cara de personaje Tarantinesco? -Inquiere Odiseo Torres a su par en comunidad de ideales, Sisoco García, varón sin mácula-
Respuesta. Solo un pelotudo como YO.
Ambos cruzan miradas a segundos de descargar el llanto. 

-¿De qué se reia Kamerath? –Pregunta Jacinto, aludiendo a su eterna sonrisa televisiva-
-¿No te diste cuenta aún? –dijo sorprendido- Te hacía mas inteligente. De vos se ríe, pelotudo. De mi, nosotros, vosotros y ellos. Se desparrama de risa.

Algo me llama hoy mucho la atencion y es el poco cuidado que se merecen las calles v veredas de la ciudad respecto de los detritos cloacalea que deberian correr entubados y no sobre la via publica, no solo por los aromas sino por la salpicatura de la que somos victimas involuntarias los ciclistas.

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