19 jul 2015

La narración


La Narración

No me considero un erudito en el tema, pero llevo años escribiendo y encuentro ciertos patrones que me interesa compartir.

El proceso de producción del arte debe hacerse preferentemente de mañana, con todas las energías disponibles.  Una buena opción es mirar el amanecer antes de escribir.

No es necesario escribir constantemente, o pintar o dejar que las manos fluyan sobre la arcilla, es un error muy común asociar el aprendizaje de las técnicas con las que nos mejoramos, a la producción artística misma (propia), a simple vista no difieren, pero lo hacen y mucho. Tal vez esto sea solamente un magro ejemplo de lo primero, pero distinguir los unos de los otros es nuestra gran cruzada.

Harto cierto es que el pincel debe ser parte de tu cuerpo, una extensión, como tu guitarra o las palabras, basándonos en Mc Luhan, podríamos extendernos ad Infinitum en este punto.

Porque cuando el desgraciado momento llegue y escribas (sin detenerte a nada) no sabrás quien está produciendo. No sabrás quién pulsó las teclas de la máquina de escribir, porqué elegiste ese adjetivo o porque mataste a un personaje, si lo querías como a un hijo.  Escribir un poema puede llevar diez minutos, pero toda la génesis nos lleva la vida entera.

El momento de la producción es tal que el cerebro parece salirse del compartimiento destinado a contenerlo, como lo hacen los panes dulces de navidad respecto de su molde; el alma sobresale del cuerpo en formato de lágrimas, sonrisas, angustias, o diarreas. Son solo algunos de los rasgos visibles a los ojos de los mortales, del que está pronto a hacer algo bueno. Hay que tomarlo solo como indicadores de lo que vendrá. Meros síntomas.
Puede que ese momento no llegue nunca, pero no conviene desesperar, de lo contrario no haremos mas que agregar tensiones que lejos de ayudar entorpezcan, tendrás esperarlo atenta y pacientemente, sabiendo que puede ocurrir en el momento y lugares menos pensados, como una muerte mas. El baño, en el transporte urbano de pasajeros, una reunión del colegio de los niños.

Conviene, a los fines meramente prácticos, moverse por el mundo con un par de hojas en blanco y una lapicera a la espera de ese momento, a mi gusto, el papel es mas útil que las cortaplumas (esas que sirven para muchas cosas) o los teléfonos móviles, pero no se, las opiniones en contrario son mayoritarias y hoy dudo de mi coherencia para sostener un argumento frente a tales antagonistas.

De mas está decir que no hagas alarde de ello (de haber sito tocado por la musa), no puedes andar haciendo callar la gente o salirte de una reunión laboral corriendo porque quieres bosquejar una idea para novela de ciencia ficción; el vulgo es poco tolerante para con los artistas, sus miradas, vestimentas y actitudes asustan a los mas pequeños, y a los grandes también. Conviene dejarlo para ese momento de paz que sueles tener, esos diez minutos por semana en que todos se acostaron y se apagó la TV y que dices ... ahora o nunca!

Otra alternativa es la mentira piadosa “no me siento muy bien hoy” y te encierras en la habitación (puede inclusive que sea cierto, porque el arte duele), no abuses de este recurso menor, a la larga se te hace hábito y pronto terminarás en un instituto de rehabilitación, yo se porque te digo, has dicho tantas veces “no me siento bien” que terminan creyéndolo.

Hay un viejo mito respecto de la producción artística, del hombre que soñaba genialidades todas las noches, pero olvidaba todo en las mañanas. Al despertar no recordaba nada, solo retenía una ligera amargura de la pérdida, esa era su única certeza por la mañana. Decidió por fin no irse a dormir sin estos simples adminículos (papel y lápiz).

La simpleza es un rasgo indispensable del arte. Las formas simples bien combinadas son mas sublimes que las formas complejas sin coherencia, no transmiten el mensaje. Porque de eso estamos hablando, de un mensaje. La finalidad de todo mensaje es que se entienda, de nada vale pintar para un público que entenderá tu mensaje veinte años mas tarde, o mejor dicho si, servirá para que tus nietos se hagan millonarios y se peleen por la herencia al punto de saludarse solo en fiestas de guardar y velorios (tuyo incluido).

Sigamos con el soñante. 

Esa misma noche soñó la mejor de las historias, tan intensamente que despertó del sueño y en una apretada síntesis lo dejó escrito para escribirlo en toda su forma al despertar (ya definitivamente como el resto de los normales) por la mañana. 

Cuando regresó de la higiene bucal, leyó en el papel: “un hombre ama a una mujer”.

En algún lugar leí a alguien recomendar “no pintes con las manos ni el cerebro, hazlo con el hígado y las muelas”, es mucho mas adentro que el cerebro. Creo que era Sturgeon.

¿Como reconocer ese momento preguntarán? bien, es algo como la historia que sigue.

El hallazgo del la belleza artística nos detiene, nos paraliza, porque logró mover una asociación interna que esta haciendo un falso contacto, una soldadura en mal estado, entonces es el zopapo, exactamente igual. PAF.

Venías caminando tranquilamente por la vereda y un puño correctamente orientado en dirección de tu nariz cumple el objetivo, su razón de ser, esto es dar con ella (puño al apéndice nasal). El cerrar un puño tiene poco sentido salvo dar con narices por ahi, el saludo marxista, algo extemporáneo hoy y muy pocas cosas mas.

Y como en la perinola u otros juegos de salón infantiles experimentas eso de “regresas tres casilleros” y la mezcla de sensaciones te aturde, el gusto de la sangre, aturdimiento de estrellitas, la falta de equilibrio tratando que no haya nada en tu caída hacia atrás, y descubrir tristemente que ese puño pertenece a una mano, que pertenece a un brazo, que pertenece a un tipo. El mismo que con esa misma mano acaricia un trasero al que nunca deberías haberte acercado (¿o si?). Veremos.

Simple, ya tienes el diagnóstico de la situación. Tipo celoso no tolerante de triángulo, tu escasez muscular en brazos y espaldas hace que él analice la venganza por los puños como una de las opciones que mas aplacaría su deshonra, muy a tu favor esto, otra (u otras) de las miles, es matarte sin mas dilación.

Para que la segunda no ocurra -la muerte-, deberás esforzarte mucho en no hablar ni explicar nada, nunca, no parece tener ningún sentido. 

Hubo casos inclusive de tipos que se toleraron estoicamente la golpiza por cola de paja, por las dudas, uno nunca sabe. 

Solo responde en forma inteligentemente errónea dichas trompadas, así alimentas su ego al colocarte algunas mas, asegúrate que te lleguen y duelan –las de él obviamente-, la medicina prepara hará algo por ti, la cuota del seguro de sepelio nunca está al día (para tu tranquilidad, es un standard mundial).

Recomendaciones necesaria y ociosa de último momento, hay traseros que valen cincuenta coscorrones de Mike Tysson, otros ni siquiera una puteada en sánscrito, por lo que siempre debes tener estos parámetros de COSTO / BENEFICIO totalmente en claro. 

Tómala como un análisis mercantilista del amor.

Una tranquilidad que debes tener. El deshonrado solo pegará 3 piñas a lo sumo, que duelen mucho o poco, ninguna golpiza pasional media supera los cinco minutos, siempre hay buenos samaritanos dispuestos a ayudar, deteniendo estas peleas, como una secreta cofradía de los “hermanos acariciadores de traseros erróneos”. Puede ser necesaria cirugía dental al otro día, pero eso está fuera de los cálculos de este sencillo “paper”. 

La aguja que monitoreaba el peligro sobre tu –suponemos- preciada vida, para ese momento ya habrá abandonado la zona roja pasando a la amarilla, si damos por existente un tablero celestial donde figuren nuestros manómetros vitales.

Ahora viene lo realmente importante, es preferible que pegue él y no ella, si bien son de menor fuerza (no estoy muy seguro de esto último tampoco), nunca se conformará con menos de treinta y posiblemente necesite varias sesiones de treinta, que dosificará a lo largo de meses a medida que te cruce por la calle, acompañado de voces un par de octavas mas alta que la voz que utiliza normalmente (llamado comúnmente falsete por los doctos en música), lágrimas y mocos, y llamadas telefónicas que hubieras pagado fortunas por que no haga, y ...

Por lo que, como decía Maquiavelo, “si puedes elegir”, elige que los golpes sean de parte de él.

Volvamos un segundo a las conveniencias, cuidado, observa muchísimo cuidado si ella no pega, elegirá algo mucho mas doloroso, como comentarte como al pasar en una reunión de superados amigos de izquierda como tú, a la que seguramente buscó la forma de ser invitada, “que bien lo hacen los demás” o cosas por el estilo como le pasó a Dalmiro. Puedo asegurarte que es mas barato un pomo de desinflamante y hielo que algunos años de sesión. Y de mas probado éxito terapéutico.

Ruégale que te pegue.

Víctor el finado, andaba desperdiciando amor y arte por el mundo, tenía demasiado para dar, era sabido, pero ello le granjeó un nutrido ejército de cornudos enemigos, mas no fue un zopapo sino el temido enemigo interno el que terminó con sus días. Se colgó del cuello sin haber llegado a los treinta, antes que un enemigo lo colgara de un lugar mas doloroso y digno de vergüenza.

Y por esas raras casualidades, ciertos (sino todos) cuerpos femeninos son hermosas esculturas que debes trabajar horas con tus manos como un trozo de arcilla, ellas son un arte en si mismas, objeto y meta del arte. ¿y este comentario que hace acá? No se, pero tenía ganas de ponerlo.

Existe un amplio sector de la doctrina que sostiene que para poder producir arte, debes pasar indefectiblemente por situaciones como la narrada (violencia mas, violencia menos) con mediana frecuencia, otros sostienen como causa eficiente y suficiente la muerte de un perro. Ambas con argumentos de peso.

Cuenta la mitología que Astor Piazzolla escribió “Adiós Nonino” en diez minutos, después de la muerte del padre y creo no equivocarme al conjeturar que hubiera resignado toda su carrera artística por diez minutos mas de vida de su padre y decirle un par de cosas, o solo verlo sentado en un sillón del living.  Esto último parecería inclinar la balanza a favor de la tesis de vivir de amor en amor. Otra cosa que tampoco se.

No podemos andar por la vida perdiendo familiares consanguíneos en primer grado por el solo hecho de la necesidad de escribir o pintar, pero tampoco es muy sano lo otro, como vimos.

Vi cierta vez un pié de página en un soneto que rezaba “compuesto en el templo de Atenea en ...” (no recuerdo del lugar). Traté de hacer algo así cuando estuve por casualidades de la vida en Agrigento, debajo del Templo de la Concordia. Caminaba con mi amigo y compañero de viaje Héctor –nombre homérico por simple coincidencia- cuya facultad era verlo con sus híbridos ojos japonés-argentino que era, casi un personaje homérico ahora que lo veo escrito.

Contemplaba –yo- ese atardecer de magníficos templos y no aparecían las ideas hasta que por fin PAF, el sopapo resonó muy fuerte en el parietal izquierdo, pero para mi gran sorpresa no eran semidioses que bajaban del friso, escenificando batallas en el “anchuroso ponto abundante en peces” sino imágenes de mi infancia, el patio con mi mamá, las bolitas en mi colegio primario, una bicicleta inexistente, mis faltas en lo deportivo (totales), una niña que caminaba una cuadra antes todos los días en mi periplo educativo. Mil mas.

No cerré ninguna idea, es mas, las olvidé antes de subir al ómnibus que nos llevaría al próximo punto turístico, pero descuidé –no era la primera vez- la verdadera “excelente oportunidad” para escribir.

En esa situación ensimismada una polaca u holandesa, o algo me cruzó la mirada y descubrió lo que me pasaba, dijo algo en inglés de no inglés y yo contesté en un idioma igual de negligente que estaba todo bien.

Héctor, con su sabiduría oriental sentenció:

Ocurre- y sonrió por única vez en todo el viaje.

Nunca le pregunté si se refería al templo y mi sentimientos hacia él, o hacia el otro templo, el de carne y hueso y mi cobardía.

Ya en el colectivo comenzó el genio narrativo a trabajar... ella era la hija de un joyero suizo, escapada en busca del amor de un latino ... posibilidad de la vida en la isla propia que tienen en la polinesia ... o está haciendo una tesis sobre violonchelo ... pinta en un atelier de Houston ... es cerebro es muy plástico en estos casos, nos sorprende en su capacidad de asociaciones inverosímiles.

-¡Comé pelotudo se enfría y está buenísimo! –dice otro compañero en la mesa y nos ancla a la realidad. Debería haberlo matado, la estaba pasando muy bien con la habitante del mercado común europeo.

No hacen falta hechos de la realidad –aunque ayudan en muy gran medida- léase sino las instrucciones para tener miedo de Cortazar, varias veces. Después de la quinta relectura te invadirá el miedo, indefectiblemente. Mucho y variado.

La prosa es sencillísima, las palabras casi mezquinas, no hay adjetivos antojadizos ni rebuscados, pero si miedo y lo imagino a Julio riendo tras esa máquina de escribir, sabiendo lo que causaría su nada en la nada del futuro. Su genio en el absurdo de provocar algo en el alma de alguien, a años de su muerte. El jugaba con eso, y bien.

El arte ocurre sentenció Borges.

Una reunión de adolescentes o estudiantes universitarios, uno de ellos toca la guitarra (mal) pero ... “es lo que hay”

procura aprehender un instrumento hijo mío, yo se lo que te digo- comentario que debería ser al pie de página en honor al rigor científico de algo bien hecho.

Los acordes son los que corresponden, pero solo en buena medida, pocos lo notan, a nadie le importa.

Los dedos no presionan las cuerdas que corresponden, o lo hacen con la presión insuficiente. El cerebro piensa una cosa y los dedos no obedecen porque aun el movimiento es conciente, y debe ser un reflejo ... al pensar el do sostenido, el índice debe ejecutarlo sin la menor sospecha del individuo que debe estar atento a algo mucho mas importante:

¿las miradas de las niñas y preparar el remate?

NO, ¡estamos hablando de arte! , debe estar presto a la creación, al arte que debe ser una canción.

De alguna manera tendré que olvidarte
Por mucho que quieras, no es facil ya sabes ....

Ni la letra ni la música (mucho menos la música) tienen vuelo, ni un guiño, ni un experimentar algo raro, pero es efectivo, logra el cometido último del arte, pasar un pedacito de alma de alguien a un tercero, si es de sexo opuesto, tanto mejor. Él podría chasquear los dedos y elegir para esa noche cualquiera de las 5 o 6 pero elige la peor de las traiciones, se traiciona a si mismo por el placer (muy egoísta) de guardarse eso para poder narrarlo. O no, solo se traiciona por cobardía.

Otra fuente interesante para explorar es el odio, ese que sienten los lationoamericanos hoy 04 de agosto del 2002, al notar que fueron objeto de robo, les robaron las ilusiones, y todos quieren ser Eduardos Galeanos para poder contar esto, como solo él puede hacerlo.

¿Porque narrarlo?, porque no hay forma de darle otro trámite a esto que nos pasa. Es inexplicable, vivimos en una utopía negativa encerrados en el discurso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario