El proceso de
absorción de la materia prima del arte, debe hacerse,
preferentemente, de mañana, momento este en que todas las energías
se hallan disponibles, por cuestiones homeostáticas que exceden
holgadamente las intenciones de este magro manuscrito. Bien podemos
desoír este consejo, abunda bibliografía que da cuenta de
individuos que imaginan rimas de noche, pintan en verano, cantan
durante la ducha vespertina, u observan un rostro sonriente, son
transportados a otra realidad espaciotemporal y componen un poema que
olvidan instantaneamente, como si fuera el único cometido.
Es el formato de
la naturaleza, y debemos acompañar sus ritmos, todo amanecer es arte
puro, explosión de vida, no por nada cantan los pájaros, festejando
haber sobrevivido otra noche a los depredadores.
Si agudizamos
bien la vista, descubriremos, no sin algo de terror, que cada sonido,
cada escena del patio de la casa, cada instante único de llovizna de
lunes, al salir al trabajo, no es otra cosa que un poema.
No hay que
escribir constantemente, o pintar o dejar que las manos fluyan sobre
la arcilla, es un error muy banal y común asociar el aprendizaje de
las técnicas con las que nos mejoramos, a la producción artística
misma (propia), a simple vista no difieren, pero lo hacen y mucho.
Tal vez esto intente solo ser un magro ejemplo de lo primero, pero
distinguir los unos de los otros es nuestra gran cruzada, arriesgaría
que la vida se nos va en el intento, y aun así, vale la pena.
Harto cierto es
que el pincel debe ser parte de tu cuerpo, una extensión, como tu
guitarra o las palabras, ya el canadiense Mc Luhan lo adelantaba,
podríamos extendernos ad Infinitum en este punto.
Porque cuando el
desgraciado momento llegue y escribas (sin detenerte a nada) no
sabrás quien está produciendo. No sabrás quién pulsó las teclas
de la máquina de escribir, porqué elegiste ese adjetivo o porque
mataste a un personaje, al que amabas como a un hijo.
El momento de la
producción es tal que el cerebro parece salirse del compartimiento
destinado a contenerlo, como lo hacen los panes dulces de navidad
respecto de su molde; el alma sobresale del cuerpo en formato de
lágrimas, sonrisas, angustias, o diarreas. Son solo algunos de los
rasgos visibles a los ojos de los mortales, del que está pronto a
hacer algo bueno. Hay que tomarlo solo como indicadores de lo que
vendrá.
Puede que ese
momento no llegue nunca, pero no conviene desesperar, de lo contrario
no haremos mas que agregar tensiones que lejos de ayudar entorpezcan
la labor, tendrás que esperarlo atenta y pacientemente, sabiendo que
puede ocurrir en el momento y lugares menos pensados, como una muerte
más. El baño, el transporte urbano de pasajeros, una reunión del
colegio de los niños. Las misas (recitales), las lecturas de
ciertas gentes, una música horrible que llega después de muchos
años y nos hace llorar, miles son los emotivos (sic) motivos.
Conviene, a los
fines meramente prácticos, moverse por el mundo con un par de hojas
en blanco y una lapicera a la espera de ese momento. Para mi gusto,
el papel es mas útil –mucho- que las cortaplumas (esas que usan
los Mc Giver, que sirven para muchas cosas) o los teléfonos móviles,
pero no se, las opiniones en contrario son mayoritarias y hoy dudo de
mi coherencia para sostener un argumento frente a tales enemigos.
Además hay que saber elegir, tanto las batallas que pelear, como los
adversarios1,
muy importante en esto de los versos, que a veces son adversos.
De mas está
decir que no hagas alarde de ello (de haber sito tocado por la musa),
no podés andar haciendo callar la gente o salirte de una reunión de
trabajo, corriendo porque querés bosquejar una idea, el vulgo es
poco tolerante con los artistas, sus miradas, vestimentas y actitudes
asustan a los mas pequeños, y a los grandes también. Conviene
dejarlo para ese momento de paz de los que todos gozamos en mayor o
menor medida, esos diez minutos por semana en que todos se acostaron,
se apagó la máquina de alucinación colectiva –que algunos llaman
televisión- y que decís ... ¡bien, ahora o nunca!
Otra alternativa
es la mentira piadosa “no me siento muy bien hoy” y te encerrás
en la habitación (puede inclusive que sea cierto, porque el arte
duele), no abuses de este recurso menor, a la larga se te hace hábito
y pronto terminarás en un instituto de rehabilitación, yo se porque
te digo, has dicho tantas veces “no me siento bien” que terminan
creyéndolo. Otro escondite de rigor es el baño, con sus ventajas y
desventajas. Entre las primeras figura la seguridad de la No
interrupción, dentro de las desventajas, la creencia generalizada
entre los allegados que estén rindiendo culto al dios Onán, que
incluso puede ser cierto.
Hay un viejo
mito respecto de la producción artística, del hombre que soñaba
genialidades todas las noches, pero las olvidaba completamente al
despertar2.
Al despertar no recordaba nada, solo retenía una ligera amargura de
la pérdida, esa era su única certeza por la mañana. Decidió por
fin no irse a dormir sin estos simples adminículos (papel y lápiz
antes mencionados).
La simpleza es
un rasgo indispensable del arte. Las formas simples bien combinadas
son mas sublimes que las formas complejas sin coherencia, no
transmiten el mensaje. Porque de eso estamos hablando, de un
mensaje. La finalidad de todo mensaje es que se entienda, de nada
vale pintar para un público que entenderá tu mensaje cincuenta años
mas tarde, o mejor dicho si, servirá para que tus nietos se hagan
millonarios y se peleen por la herencia al punto de saludarse solo en
fiestas de guardar y velorios (tuyo incluido).
Sigamos con el
soñante. Esa misma noche soñó la mejor de las historias, tan
intensamente que despertó del sueño y en una apretada síntesis lo
dejó escrito para la darle forma al despertar (ya definitivamente
como el resto de los normales) por la mañana. Cuando regresó de la
higiene bucal, leyó en el papel “un hombre ama a una mujer”.
Ocurre, y seguido.
En algún lugar
leí a alguien recomendar “no pintes con las manos ni el cerebro,
hazlo con el hígado y las muelas”, es mucho mas adentro que el
cerebro. Creo que era Sturgeon. Si, en “Nuevamente Sturgeon”
pero no con esas palabras, de mas está decir que eran mejores.
¿Como reconocer
ese momento preguntarán? bien, es algo como la historia que sigue.
El hallazgo del
la belleza artística nos detiene, nos paraliza, porque logró mover
una asociación interna que esta haciendo un falso contacto, una
soldadura en mal estado, entonces es el zopapo en los dientes, la
ventana que nos golpea en la frente, exactamente igual. PAF.
Venías
caminando tranquilamente por la vereda y un puño correctamente
orientado en dirección de tu nariz cumple el objetivo, su razón de
ser, esto es dar con ella (el apéndice nasal). El cerrar de un
puño, tiene poco sentido “per se” salvo dar con narices ajenas
por ahí.
Y como en la
perinola u otros juegos de salón infantiles experimentas eso de
“regresas tres casilleros” y la mezcla de sensaciones te aturde,
el gusto de la sangre, aturdimiento de estrellitas, la falta de
equilibrio tratando que no haya nada en tu caída hacia atrás, y
descubrir tristemente que ese puño pertenece a una mano, que
pertenece a un brazo, que pertenece a un tipo demasiado grande para
tus gustos boxísticos. El mismo que con esa misma mano acaricia un
trasero al que nunca deberías haberte acercado (¿o si?). Veremos.
Simple, ya tenés
el diagnóstico de la situación. Tipo celoso no tolerante de
triángulo, tu escasa masa muscular en brazos y espaldas hace que él
analice la venganza por los puños como una de las opciones que mas
aplacaría su deshonra, muy a tu favor esto, otra (u otras) de las
miles, es matarte sin mas dilación.
Para que la
segunda no ocurra, esto es, vestir el sobretodo de madera AB
AETERNUM, deberás esforzarte mucho en no hablar ni explicar nada,
NUNCA, no tiene sentido3.
Hubo casos inclusive de tipos que se toleraron estoicamente más de
una golpiza, por cola de paja, por las dudas, uno nunca sabe. Solo
respondé en forma inteligentemente errónea dichas trompadas, así
alimentas su ego al colocarte algunas mas, asegurate que te lleguen y
duelan –las de él obviamente-, la medicina prepara hará algo por
lo que queda de tu cuerpo, la cuota del seguro de sepelio nunca está
al día (para tu tranquilidad, es un standard mundial), en el caso
optimista caso que lo tengas.
Recomendaciones
necesaria y ociosa de último momento, hay traseros que valen 99
coscorrones de Mike Tysson, otros ni siquiera una puteada en
sánscrito, por lo que siempre debés tener estos parámetros de
COSTO / BENEFICIO totalmente en claro. Tomalo como un punto de vista
mercantilista, económico del amor.
Una tranquilidad
que debés tener. El deshonrado solo pegará 3 piñas a lo sumo, que
duelen mucho o poco, ninguna “golpiza pasional media” supera los
tres minutos, siempre hay buenos samaritanos dispuestos a ayudar,
deteniendo estas peleas, como una secreta cofradía de los “hermanos
acariciadores de traseros equívocos”. Puede ser necesaria cirugía
dental al otro día, pero eso está fuera de los cálculos de este
sencillo “paper”. La aguja que monitoreaba el peligro sobre tu
–supondremos- preciada vida, para ese momento ya habrá abandonado
la zona roja de DANGER y habrá alcanzado la amarilla, si damos por
existente un tablero celestial donde figuren nuestros manómetros
vitales.
Ahora algo muy
importante, es preferible que pegue él y no ella, si bien son de
menor fuerza (no estoy muy seguro de esto último tampoco), nunca se
conformará con menos de treinta y posiblemente necesite varias
sesiones de treinta, que dosificará a lo largo de meses a medida que
te cruce por la calle, acompañado de voces un par de octavas mas
alta que la voz que utiliza normalmente (llamado comúnmente falsete
por los doctos en música), lágrimas y mocos, y llamadas telefónicas
que hubieras pagado fortunas por que no haga, y ...
Por lo que, como
decía Maquiavelo, “si puedes elegir”, elegí que los golpes sean
de parte de él.
Volvamos un
segundo a las conveniencias, cuidado, si ella no pega, elegirá algo
mucho mas doloroso, como comentarte al pasar en una reunión de
superados amigos de izquierda como vos, a la que seguramente encontró
la forma de ser invitada, “que bien
lo hacen los demás”
o cosas por el estilo como le pasó a Dalmiro. Puedo asegurarte que
es mas barato un pomo de átomo desinflamante y hielo, que muchos
años de sesión para curar esa herida en el alma. Y de mas probado
éxito terapéutico.
Rogale que te
pegue.
Víctor, el
finado, andaba desperdiciando amor y arte por el mundo, tenía
demasiado para dar, era sabido, pero ello le granjeó un nutrido
ejército de cornudos enemigos, mas no fue un zopapo sino el temido
enemigo interno el que terminó con sus días. Se colgó del cuello
sin haber llegado a los treinta, antes que un enemigo lo colgara de
un lugar mas doloroso y vergonzoso.
Y por esas raras
casualidades, ciertos (sino todos) los cuerpos femeninos son hermosas
esculturas que debés trabajar horas con tus manos como un trozo de
arcilla, ellas son un arte en si mismas, objeto y meta del arte. ¿y
este comentario que hace acá? No se, pero tenía ganas de ponerlo.
Existe un amplio
sector de la doctrina que sostiene que para poder producir arte,
debés pasar indefectiblemente por situaciones como la narrada
(violencia mas, violencia menos) con mediana frecuencia, otros
sostienen como causa eficiente y suficiente la muerte de un perro.
Ambas con argumentos de peso.
Cuenta la
mitología que Astor Piazzolla escribió “Adiós Nonino” en diez
minutos, después de la muerte del padre y creo no equivocarme al
conjeturar que hubiera resignado toda su carrera artística por 10
minutos mas de vida de su padre y decirle un par de cosas, o solo
verlo sentado en un sillón del living. Esto último parecería
inclinar la balanza a favor de la tesis de vivir de amor en amor.
Otra cosa que tampoco se.
No podemos andar
por la vida perdiendo familiares consanguíneos en primer grado, por
la sola necesidad de escribir o pintar, pero tampoco es muy sano lo
otro, como vimos. Como dice Cacho Buenaventura “Vo ve”
Vi cierta vez un
pié de página en un soneto que rezaba “compuesto en el templo de
Atenea en ...” (no recuerdo del lugar). Traté de hacer algo así
cuando estuve por casualidades de la vida en Agrigento, debajo del
Templo de la Concordia. Caminaba con mi amigo y compañero de viaje
Héctor –nombre homérico por simple coincidencia- cuya principal
facultad era verlo con sus híbridos ojos japonés-argentino que
era4,
casi un personaje homérico ahora que lo veo escrito.
Contemplaba –yo-
ese atardecer de magníficos templos y no aparecían las ideas hasta
que por fin PAF, el sopapo resonó muy fuerte en el parietal
izquierdo, pero para mi gran sorpresa no eran semidioses que bajaban
del friso, escenificando batallas en el “anchuroso ponto abundante
en peces” sino imágenes de mi infancia, el patio con mi mamá, las
bolitas en mi colegio primario, una bicicleta inexistente, mis faltas
en lo deportivo (totales), una niña que caminaba una cuadra antes
todos los días en mi periplo educativo. Mil mas.
No cerré
ninguna idea, es mas, las olvidé antes de subir al ómnibus que nos
llevaría al próximo punto turístico, pero descuidé –no era la
primera vez- la verdadera “excelente oportunidad” para escribir.
En esa situación
ensimismada una polaca u holandesa, o algo me cruzó la mirada y
descubrió lo que me pasaba, dijo algo en inglés de no inglés y yo
contesté en un idioma igual de negligente que estaba todo bien.
Héctor, con su
sabiduría oriental sentenció:
–Ocurre- y
sonrió por única vez en todo el viaje.
Nunca le
pregunté si se refería al templo y mi sentimientos hacia él, o
hacia el otro templo, el de carne y hueso y mi cobardía.
Ya en el
colectivo comenzó el genio narrativo a trabajar... ella era la hija
de un joyero suizo, escapada en busca del amor de un latino ...
posibilidad de la vida en la isla propia que tienen en la polinesia
... o está haciendo una tesis sobre violonchelo ... pinta en un
atelier de Houston ... es cerebro es muy plástico en estos casos,
nos sorprende en su capacidad de asociaciones inverosímiles.
-¡Comé
pelotudo se enfría y está buenísimo! –dice otro compañero en la
mesa y nos ancla a la realidad. Debería haberlo matado, la estaba
pasando muy bien con la habitante del mercado común europeo.
No hacen falta
hechos de la realidad –aunque ayudan en muy gran medida- léase
sino las instrucciones para tener miedo de Cortazar, varias veces.
Después de la quinta relectura te invadirá el miedo,
indefectiblemente. Mucho y variado.
La prosa es
sencillísima, las palabras casi mezquinas, no hay adjetivos
antojadizos ni rebuscados, pero si miedo y lo imagino a Julio riendo
tras esa máquina de escribir, sabiendo lo que causaría su nada en
la nada del futuro. Su genio en el absurdo de provocar algo en el
alma de alguien, a años de su muerte. El jugaba con eso, y bien.
El arte ocurre
sentenció Borges.
Una reunión de
adolescentes o estudiantes universitarios, uno de ellos toca la
guitarra (mal) pero ... “es lo que hay”5
Los acordes son
los que corresponden, pero solo en alguna medida, pocos lo notan, a
nadie le importa.
Los dedos no
pulsan las cuerdas que corresponden, o lo hacen con presión
insuficiente. El cerebro piensa una cosa y los dedos no obedecen
porque aun el movimiento es conciente, y debe ser un reflejo
... al pensar el do sostenido, el índice debe ejecutarlo sin la
menor sospecha del individuo, que debe estar atento a algo mucho mas
importante:
¿Las miradas de
las minitas y preparar el remate? –pregunto-
NO pelotudo,
¡estamos hablando de arte! , debe estar presto a la creación, al
arte que debe ser una canción.
¡Ah!
"De alguna
manera tendré que olvidarte
Por mucho que
quieras, no es fácil ya sabes ...."
Ni la letra ni
la música (mucho menos la música) tienen vuelo, ni un guiño, ni un
experimentar algo raro, pero es efectivo, logra el cometido último
del arte, pasar un pedacito de alma de alguien a un tercero, si es de
sexo opuesto, tanto mejor. El pibe podría chasquear los dedos y
elegir para esa noche cualquiera de las cinco o seis pero elige la
peor de las traiciones, se traiciona a si mismo por el placer (muy
egoísta) de guardarse eso para poder narrarlo. O no, solo se
traiciona por cobardía.
La otra fuente
interesante para explorar es el odio, no casualmente su par
antagónico, ese que sienten los lationoamericanos hoy 04 de agosto
del 2002, al notar que fueron objeto de robo, les robaron las
ilusiones, y todos quieren ser Eduardos Galeanos para poder contar
esto, como solo él puede hacerlo.
¿Porque
narrarlo?, porque no hay forma de darle otro trámite a esto que nos
pasa. Lo que no se puede explicar, se narra dijo Althusser. Es
inexplicable, vivimos en una utopía negativa encerrados en el
discurso.
Demasiado de ese odio
hay en las páginas precedentes para abundar en él ahora, que
recordamos femeniles motivos de escritura.
1
Gibbon, habiendo salido airoso de un enfrentamiento intelectual
donde se lo acusaba falsamente de ser un falsario, sentenció “un
triunfo frente a tales antagonistas, es vergüenza suficiente”
2
Ríos de tinta han corrido al respecto en la bibliografía
psicoanalítica.
3
“Dejame que te explique” argumentaba el finado Rafa luego de una
seguidilla de crosses al mentón, el golpeante contestó “a ver
explicame que haces en mi cama con mi mujer en pelotas”
4
Me refiero a su filosofía oriental, no a lo cerrado de los ojos.
5
Procurá aprehender un instrumento hijo mío, yo se lo que te digo.
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