21 abr 2013

Válvulas o Diodos


Puntos de No Retorno

 
Una vez que se entiende, aprehende, captura el mundo a través de ciertos ojos o miradas, es imposible ya volver atrás, todo es del cristal con que se mire. 

A mirar también hay que aprender, como a todo.

Es como la adquisición de filtros intelectuales, dispuestas especial y espacialmente en el intelecto. A esto, el filósofo francés Bachellard, denomina “puntos de no retorno” que bien se correspondería con el concepto de diodo en electrónica o de válvula en mecánica. 

El yo utiliza esas nuevas herramientas adquiridas, como patrones de medida de posteriores juicios, condicionando la observación desde el comienzo y la elaboración de juicios futuros.

Los científicos, que siempre lo arruinan todo, llegan atropellando con aquello de la congnición y el desarrollo teórico, que una vez que se entendió la física desde la teoría de la relatividad especial o la mecánica cuántica, no se puede volver a Newton, dicen lo mismo de la economía y Marx, pero ya en voz mucho mas baja, al compañero de banco ahuecando la mano en la oreja del mismo. 

Agregaría tal vez, que todo el intelecto se mueve en este sentido, de menores razones a otras de mayor valía. Tanto en lo referente a la ciencia como al arte.

Es imposible, estimo, volver atrás después de leer a Cortazar, o escuchar el final del Invierno Porteño. Es válido para todos los órdenes, un asado nunca será lo mismo después de ciertas lecturas.

No comparto, pero entiendo cuando te pone alguien en tu lugar a la pregunta "¿Donde te formaste?"

Después de Cortazar no se puede ver una escalera como una simple sucesión de ángulos rectos que se prolongan verticalmente, los acordes pasan a ser repeticiones de Bach, ab infinitum. 

Existe en esto algo divinal y perverso que no entenderemos jamás.  Un pequeño demonio escondido en las cosas riéndose de nosotros.

El mundo, luego, es una gran válvula, quien probara alguna vez un buen vino no podrá volver atrás, así que bien podemos reducir el concepto de vejez a este refinamiento del gusto

La vejez, es otro proceso unidireccional del que tanto se ha escrito, que demoramos con tinturas, gimnasio, y ejercicio del espejo.

La gran virtud que llega con la vejez es la correcta eleccion de los vinos, no sentarse en ciertas mesas; ya uno puede abandonar la sala del cine sin la culpa del costo de la entrada -utlimamente me ocurre seguido- o dejar ciertos libros sin terminar.  Mejoramiento del paladar.

Como sugiere Sisoco de un tercero de "gusto percudido".

Los antropólogos resaltan los “ritos de paso”, mediante los cuales la sociedad reconoce a los iniciados, y desprecia a los fallidos, condenados a una vida errante o errónea. 

Un rito como la circuncisión, PRETENDE dejar un conjunto cerrado de circuncisos y otro de los herejes. 

Pero la misma discusión de si puede haber un pueblo elegido, nos oculta ese otro gran conjunto, que nunca accederá al rito, que pasa desapercibido, incluso por ellos mismos, las mujeres

Luego, no es descabellado pensar que Coca Cola y Pepsi son parte del mismo grupo económico, por análogas razones.

Aquellos sostienen que cuanto más crueles son estos ritos de iniciación, mas aman la pertenencia los iniciados1, desde deportes, logias y sociedades secretas.

Hasta la mas rancia de las instituciones, observa una prohibición formal para con la violación de la norma del movimiento unidireccional, la Iustitia ‘el derecho’ y su “Non vis in idem”, no vuelvas hacer los mismo dos veces, sobre lo ya andado, “Roma locuta, causa finita”.

Tal vez por ello es tan falaz el recurso de la ciencia ficción del viaje al pasado a evitar el nacimiento de Hitler, por citar un ejemplo feliz. 

¿Que idioma hablaríamos si hubiera sido Aníbal el que venciera a los Romanos? 

¿Que otra escala de valores tendrían nuestros ritos? 

¿Cuando sería el día dedicado a los dioses en lugar del Domingo

¿Qué tipo de capiteles y arquitectura nos enseñarían en la escuela secundaria? 

¿Fue este el triunfo de Europa sobre el resto del mundo? 

Borges nos adelantaba algo de esto, a modo de preguntas, que son las que nos fuerzan a levantar la vista, mirar mas allá, buscar un camino alternativo para pensar las cosas.

El gran derecho del ganador, es escribir la historia donde el vencido es masacrado de forma mas contundente de lo que fue en el campo de batalla, el lugar donde “los hombres cobran fama” según Homero, esos cartagineses y romanos, falanges contra legiones.

Existen oportunidades, muchas, en que la mentada -sabor a menta- válvula nos juega en contra, como en el caso de los jóvenes que ingresan a la música con oídos totalmente vírgenes a través de los Redonditos de Ricota, -por citar uno de los innumerables grupos- la verdad los aturde –bien sabemos cuanto aturde la verdad- y les condiciona demasiado el gusto, ya no pueden experimentar placer en la música de Piazzolla, Vinicius, BB King o Bach, o no llegan al tango, como reza la voz popular, sino hasta pasado los treinta o algún desengaño amoroso. 

Como La Revolución de Octubre, la otra, la rusa, estos jóvenes saltean "estadíos" completos que deberían haber cumplido, si y solo si, pero no ambos, por lo que la válvula se acomoda mal, y los riff de Sky condicionan demasiado el gusto y tienden un delicado velo que oculta el agujero en la pared, desde donde se puede observar "el prado donde relincha el unicornio"

1 Bástenos observar por casualidad un médico sin guardapolvo y estetoscopio, no dejará pasar mas de 1 minuto sin relatar que es médico.

2 comentarios:

  1. Interesantes reflexiones. Ni se vuelve atrás después de las "instrucciones" de Cortázar ni después de "El jardín de los senderos que se bifurcan", de Borges, o "La invención de Morel", de Bioy Casares. Afortunadmente mis gustos son variados, he escuchado de más joven a los redonditos y aprendi a bailar tango antes de los 30 años. Me gustan las novelas de Murakami y las historietas que dejó el gran Fontanarrosa. La variedad hace bien, entre otras cosas porque ofrece alternativas.

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  2. Mi muy estimado amigo jorge.

    QUe bueno sería, en tren de imaginar, un café en el que estén Borges, Bioy, Cortazar, Fontanarrosa, Lorca, Bradbury... y nos dejen escuchar un ratito sus locuras!

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