15 abr 2013

Razones

El Cura



Hay gentes que difícilmente separen la persona del rol que desempeña, y andan por la vida –sus vidas- tomándose todo a pecho, y utilizando cuanto recurso disponen para su uso, esto es causar la mayor molestia en su entorno. Afortunadamente para ellos, siempre encuentran almas caritativas que le perdonan la vida. Discutía uno de ellos con el divinal Odiseo Torres, tal vez envalentonado por la diferencia evidente en su favor, en lo que a costos vestimentiles se refiere. Ostentaba ese acento nasal que nos desorientan si son porteños, niños, indefinidos sexuales o simplemente boludos. El reclamo se limitaba a un cuchillo, uno de esos precisamente caros que creemos nadie compra, despachado en la bodega de un avión de línea y que no llegara a buen (aero)puerto, esto es, en tiempo y forma con su titular de derechos. 

Discutible esto último, ya que la cosa cambia de titularidad por la posesión, al no ser bien registrable, según rezan los códigos civiles en capítulos “de las cosas” de casi todo el mundo.

-¿Sabés que? –Sugirió el bien vestido como para dar un cierre a la 
conversación con Odiseo- Abogado, egresado con honores, UNC, 1999.
-¿Sabés que? –Respondiole el argandóñida arremangándose camisa y mostrando bíceps- Sub Campeón peso welters juniors clase 1966, Campo de Mayo, con dolores.
-Si yo fuera usted -Dijo el abogado, haciendo un intento fallido por terminar la frase comenzada-
-Si yo fuera usted -continuó Sisoco- no saldría de mi casa, esa cara no es para andar por la calle-
La hipérbole pareció ser respuesta suficiente.
En Rosario, cuenta el mito entre agentes de viajes, mora un cuervo cuyo apellido reservaré a los mas íntimos, que lleva años viajando y viviendo gratis. 

El modus operandi, es simple.

Contrata servicios turísticos y llegado a destino, tal que Ámsterdam, comienza a quejarse de, por ejemplo, olor a marihuana, o calor y humedad en La Habana, frío en Moscú, lluvia en Bangkok para el Monzón, o caras de culo en London, etc. Consigue una firma en destino de alguien que no comprendió completamente el diálogo, donde deja constancia que su “operador en Argentina” estaba al tanto de tales males y a su llegada inicia lo que se denominan “acciones” contra ellos.
Habiendo desembolsado dos mil, traba embargo por quince mil y vive de rentas. Usted preguntará con buen tino, que juez hará lugar a tamaña pelotudez habiendo tanta desnutrición y privatizadas abusando de los usuarios, tengo la respuesta: un amigo de él.
Nunca he sido damnificado por estas acciones, pero pertenezco a la casta de los "potenciales damnificables" trabajadores de agencias de viajes.  Me asombra que la única medida tomada sea una circular que hace de “lista negra” de clientes a los que no se les tomará reserva.
Es vox populi, el bajísimo costo de quebrarle las dos piernas a un ser así, hay unos muchachos de la barra brava de Belgrano que por cien...
Yo propondría una licitación entre los que quieran tomar justicia, para decidir suertes y que nadie se sienta defraudado en sus ansias de sangre.  El producido, bien puede ser donado para obras de caridad.
Cuando se le preguntaba algo fuera de lugar a Odiseo, o cuando se le contestaba a sus requisitorias con respuestas que no correspondían con el hilo lógico del discurso, como era el caso del abogado en cuestión, contestaba con una frase pre diseñada, al parecer, acuñada a lo largo de su vida, y su estudio de las conductas humanas.
"Decime Che, ¿vos sos loco, puto o cantor?"
En varias ocasiones, estas conductas o respuestas, se hallan condicionadas por el entorno, así lo entendió Sisoco García llegado al Valle de Traslasierra, cuando escuchó como todos sabemos las proezas del Cura Brochero, protagonista de la zaga a la par de la cual, Rambo IV es un homosexual reprimido. 

A su regreso a su San Vicente natal, narró a los caros a sus afectos el periplo. 

Odiseo Torres, fecundo en ardides, sostiene vehementemente la inviabilidad comercial de vender broches en las Altas Cumbres. 

Luego se llama a silencio, comprende que el Cura Brochero mal podía compatibilizar tareas tan heterogéneas como las de comercializar broches y convertir matreros a la fe del señor. Acepta su falta de data para continuar la discusión.
Consultado por los amigos, sobre las actitudes que llevarían a canonizarlo, el consultado se abstiene de responder, dado su carácter agnóstico y su total desconocimiento del derecho canónico, por sí o por interpósita persona.
Expuso que escuchó todos y cada unos de los argumentos de los lugareños para la convertibilidad hacia la condición de santo por parte del padre cura, pero no consigue explicarlos a tan hereje entorno, pareciera habérsele instalado laguna freudiana, esa donde se pescan los peces lívidos.
-Hizo una iglesia -Arriesga temeroso Sisoco- Después de esmerada búsqueda fuera de las barreras de censura de los sistema, preconciente, inconciente.
-Se supone que haga una iglesia, si fuera bombero le pediríamos que apague un fuego -Reprocha Jacinto que de fuegos fatuos algo conoce, cristiano como pocos- 
-Es como endiosar al diez del equipo porque hizo algunos goles, si le pagan para eso -Agrega otro-
Harto inútiles son los argumentos frente a tales antagónicos. Mas que insuficientes, resultan ineficaces. Por fin, auxiliado por la imagen que se le formó del valle, de gente no del todo hacendosa agrega:
-Hizo una iglesia.
-Eso está claro, ya lo dijiste.
-... Solo. Ni un mate le alcanzaron.
-¡La pelotita, hay que volear los baldes, correr por los andamios y atajarlos che!

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